Diario del Huila

Cultura visceral

Mar 23, 2022

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Por: +Froilán, Obispo de Neiva

Este es un país que vive de emociones. Se deprime o se exalta fácilmente. Si alguien obtiene un triunfo en deportes, se nos presenta como el mejor del mundo. Por una medalla de oro y unas de bronce, ya pedimos el ministerio del deporte. ¡Qué ingenuidad! Lo grave es que hay gente que se come el cuento. Si nuestro equipo lleva unas dos derrotas, pedimos la cabeza del director técnico, eliminamos jugadores, etc. Así como elevamos, bajamos. Aquí se piensa con el corazón, no con la razón. Por simple sospecha se  manda a la cárcel, después como no hay pruebas, entonces el “sospechoso” queda libre y luego  viene la demanda al Estado y, ¿quién pierde? Nosotros los contribuyentes. Cuántas demandas pierde el Estado por decisiones viscerales. Y en últimas, ¿quién paga? Los millares de colombianos que pagamos impuestos. Bueno y, ¿qué pasa con quienes se equivocaron? Nada. Esos intentos de revotar la acción contra el funcionario que profirió la orden, el fallo o la decisión; han fracasado. ¿Qué hacer contra aquellos causantes de las ingentes sumas que paga el Estado? Parece que ese desgreño presupuestal no tiene solución.

Las decisiones emotivas, ¡cuántos dolores de cabeza causan posteriormente! En la vida afectiva sí que ocurren esos tropiezos. Y después del ojo afuera (continúe el lector). Aquí se pide castración contra los abusadores de los niños y entonces a los que roban en el sector público y privado, ¿qué pedimos que mutilen? Ocurre un vil asesinato, dependiendo la persona o personas, entonces se grita a todo pulmón: ¡Pena de muerte!  Y al cabo de dos semanas, el hecho ya se borró de la memoria. Se sigue la vida “normal”. Se constatan “ollas podridas” y entonces aparecen los titulares pidiendo tomar medidas contundentes para mandar a la cárcel, -pero no hay tantas cárceles para tantos- y luego de una semana se olvidaron las propuestas. Amigo lector, toda decisión tomada en caliente, con mucha frecuencia nos lleva a situaciones irremediables. Los animales “actúan” por el sentir. Póngale una colilla de cigarrillo encendido en el muslo de una mula, a ver cómo “reacciona”. El hombre debe actuar por la razón, obviamente con el gran componente del “corazón”; sí, en una sano equilibrio. En esto son ejemplares los pueblos nórdicos. ¿Cuándo son noticia Suecia, Noruega y Finlandia? Vaya usted y vea cómo viven. El ruido encierra un enorme vacío y un cierto complejo. Una carreta cuando va vacía hace mucha bulla; cuando está cargada, no se escucha. Miremos a los japoneses: cuando estalló la central nuclear de Fukushima el once de marzo de 2011. ¿Cuál fue la reacción del pueblo nipón? Asumieron el dolor con un sano estoicismo. No se quedaron viendo y lamentándose por el problema. No hicieron publicidad; pero en el término de ocho meses ya lo habían reconstruido todo y sin buscar culpables. Definitivamente entre nosotros hay “mucho ruido y pocas nueces”. Cómo nos encanta la prensa amarillista. Con frecuencia los noticieros son editados en los estrados judiciales y en los comandos de policía. Vivimos comentando los problemas de los demás, sin arreglar los problemas personales. ¡Qué sensacionalismo para todo!  ¡Cómo nos gusta la coprofilia en las noticias!

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