Ernesto Cardoso Camacho
La llegada de ALFONSO PRADA a ejercer la jefatura de debate del candidato Petro que ha sido ampliamente divulgada, permite presumir que buscan darle un giro estratégico a la campaña, colocando de nuevo el tema de la paz, adicionado con el respeto a la vida; tal como lo señaló el propio Petro en el acto público respectivo.
El asunto tiene varias lecturas. La primera y quizá más importante, es que ingresa a la campaña de frente y sin tapujos, el expresidente Santos, pues Prada fue su secretario General de presidencia y Director del Sena, entidad de la cual salió con graves escándalos de corrupción. Con esta decisión, Santos abandona su apuesta por Fajardo y se acomoda con Petro, como resultado de las dos últimas encuestas. Sus dos hombres de avanzada, Benedety y Roy, allanaron el camino.
La segunda lectura es que ante el crecimiento vertiginoso de la candidatura de Fico, insisten en relacionarlo con el uribismo y para adornar su estrategia, reviven el tema de la paz como elemento de confrontación política, en el propósito de corregir el evidente desgaste que la postura de izquierda radical le ha conducido a no sobrepasar un techo de crecimiento del 35% en las encuestas. Buscan entonces un nuevo aire estratégico con el cuento chino de la paz, adobado con el respeto a la vida, pretendiendo así conquistar el grueso de los votantes de la Centro Esperanza para sumarlos hacia la primera vuelta aprovechando que Fajardo se estancó en el 10%. En esa estrategia suman a Samper que ya propuso la unión de Petro con Fajardo para la segunda vuelta.
No obstante, observando con atención lo que muestran las encuestas, es evidente que el tema de la paz ya no ocupa el lugar preponderante en las preocupaciones de los ciudadanos. La economía, la seguridad, la corrupción, el empleo, las oportunidades de movilidad social y la justicia son hoy las grandes prioridades. La paz ha pasado a ser un discurso que naufraga ante la violencia sistemática originada en la lucha territorial que se disputan los diversos carteles del narcotráfico y sus aliados las bandas criminales.
Y el respeto por la vida, es otra estratagema que en el discurso populista entra en abierta contradicción conceptual en quienes son promotores del aborto y celebraron con alborozo la última decisión de la corte que lo avaló hasta las 24 semanas de gestación.
En estas circunstancias, avanza la campaña electoral sobre una incontrovertible realidad política e ideológica. Petro proponiendo el cambio del sistema económico e institucional y Fico promoviendo la defensa de la democracia y las libertades. El salto al vacío que proponen en el Pacto Histórico; frente a la propuesta de orden y oportunidades con estabilidad institucional que las grandes mayorías nacionales desean para continuar construyendo el progreso y bienestar que ofrece la democracia.
Es lamentable, pero existe otra realidad. El presidente Duque persiste en su obstinada actitud de promover la candidatura de Petro, interviniendo en el debate electoral con discursos alusivos a las propuestas del populismo. Flaco servicio le esta haciendo a la democracia y a los sectores políticos que lo hicieron presidente. Debería dedicarse a garantizar imparcialidad y transparencia en su condición de Jefe del Estado, Jefe de Gobierno y Suprema autoridad administrativa, en cumplimiento del expreso mandato constitucional; ante las contundentes evidencias sobre serias irregularidades ocurridas en el organismo electoral el pasado 13 de marzo.
Al respecto, se acaba de conocer el pronunciamiento del Consejo Nacional Electoral, máximo organismo en la materia, exigiendo a la Registraduría la revisión rigurosa de los errores advertidos para corregirlos y garantizar confianza y credibilidad en los resultados de las dos vueltas presidenciales.
