Para que exista una verdadera democracia, debe existir una libertad de prensa, sin presiones, ni condicionamientos. No se puede someter a los comunicadores a un yugo judicial, ni estatal. Los colombianos tenemos el derecho de ser bien informados de las marrullerías y de los torcidos que se gestan en las altas esferas del Estado, incluyendo la ejercida por los grupos ilegales. Son antecedentes nefastos e imperdonables que se cometen. Además, la libertad de prensa se encuentra seriamente amenazada por fuerzas ilegales, que buscan subyugar a la profesión del periodismo a sus oscuros intereses. En muchas regiones se ha vuelto un peligro en Colombia, por las permanentes amenazas a que se encuentran sometidos, por algunos actores sociales de presión.
En muchas ocasiones han sido denunciados por algunos medios de comunicación hablados y escritos por sus actuaciones irregulares de corrupción administrativa en el desempeño de sus funciones o por sus abusos de autoridad, que han puesto en entredicho sus responsabilidades, como servidores públicos o que afectan sus intereses económicos y políticos y el predominio, ante a una sociedad que se encuentra vigilante y ejerciendo el control social en defensa del patrimonio público. Hay que reconocer el papel que desempeñan los comunicadores, porque nos permiten conocer al instante los acontecimientos y los sucesos acaecidos en el diario acontecer ciudadano.
Pero la importancia de las noticias se da, porque son generadas por seres humanos, que son los que contribuyen a través de la libertad de expresión a difundirlas y que contribuyen decididamente al fortalecimiento de las instituciones democráticas de un país. Hoy la población tiene el derecho de ser informado veraz y objetivamente. Pero cuando sucede lo contrario, empieza la mordaza a la prensa y a los demás medios de comunicación, que se deben someter a los mensajes dictatoriales de los dirigentes y de fuerzas oscuras que quieren imponer su voluntad, a través de una ideología política, que, en los tiempos modernos, van en contravía de las nuevas tendencias mundiales del dialogo, solidaridad, respeto por los derechos humanos, pensamiento, libertades y demás valores que enaltecen la dignidad humana.
El periodismo es una profesión que no genera riqueza. Las personas que ejercen esta loable labor brindan grandes satisfacciones a la sociedad, por la altruista labor informativa que desarrollan, pero lo hacen muchas veces en ambientes hostiles, que no les garantizan cumplir objetivamente con su labor. Por este motivo, el Diario del Huila desea expresarles en este día a todos los comunicadores sociales, nuestro justo reconocimiento por el papel protagonista que desempeñan en la consolidación de las instituciones democráticas del país y por su contribución significativa para el mejoramiento del bienestar de la sociedad colombiana.