Froilán Casas, obispo de Neiva
Se ha ido metiendo en el colectivo cultural un esquema de odio y de lucha de clases. No se mira al empleador como quien invierte y genera empleo, sino como el explotador a quien, cuando se pueda, se debe acabar. ¿Por qué no enseñamos que las cosas se adquieren con esfuerzo, disciplina y trabajo? Se quiere el dinero fácil, entre al narcotráfico, a negocios sucios y róbele al Estado. Si llego a un cargo público en donde, de pronto, soy ordenador de gasto, pues a dilapidar los bienes del Estado y repartir la torta del presupuesto, ofreciendo puestos a aquellos que votaron por mí, así las arcas del erario se arruinen y no haya dinero para inversión en vías, parques, salud, educación, etc. Hoy se quiere ganar el máximo con el mínimo de exigencias. Se mira con envidia al otro. No estamos enseñando, desde la escuela y la familia que el trabajo es el secreto de la prosperidad. No es quitando a los demás lo que tienen, sino siendo yo productivo, debo brillar con luz propia, generando mi propio proyecto de vida. Hemos venido cultivando una cultura de zánganos, todo se quiere fácil; lograr todo con el esfuerzo de los otros. ¡Qué olímpico! Progresar en todas las dimensiones es característica humana. Hay que salir de la pobreza, hay que salir de la ignorancia, hay que salir del subdesarrollo en todo sentido. Claro que sí, pero sin robarle a los otros. Todos estamos llamados a contribuir al bien común. El dinero fácil se dilapida; sin ética no hay desarrollo. ¿Por qué vive inconforme? Le pregunto, ¿qué ha hecho usted para salir adelante? Claro criticando todo, sintiéndose víctima para que los demás se compadezcan. Por favor, no sea rémora, sea productivo. ¿Por qué no aprovecha las cualidades que Dios le ha dado? Si usted llora el ocaso del sol, las lágrimas no le dejan ver las estrellas. Por favor, sea proactivo no reactivo; tenga autoridad moral para exigir; si usted no da, ¿qué exige? A un problema, búsquele solución, no le agregue otro problema. Busque salir adelante, sin resentimientos. Si logra triunfar no sea prepotente; tome el logro con humildad y ayude a los otros. No humille a nadie; ¡cuidado!, mañana le pueden pagar con la misma moneda. Hay personas cargadas de odio que cuando llegan al podio del poder, resultan los seres más vengativos. ¡Qué horror! ¡Líbranos, Señor de los resentidos! Estos especímenes están envenenados; recuerdan su pasado con agresividad y tienen sed de venganza. Los tiranos y monstruos de la humanidad, tuvieron una infancia y adolescencia desastrosas. Por favor, padres de familia y educadores, enséñeles a sus hijos y educandos a ser luchadores y disciplinados, que nada se consigue fácil. Por favor, padres de familia: no les enseñen a sus hijos qué se puede comprar con el dinero; enséñeles, más bien, qué no se puede comprar con el dinero. No le eche la culpa a los demás de sus desgracias. Examine su pasado; recuerde que lo que usted siembra, eso cosecha. No busque excusas para justificar sus fracasos. Usted es el constructor de su historia. Vamos, empiece ya.
