ATISBOS
POR: María Elisa Uribe V.
Superar el empobrecimiento asociado al control de la pandemia ha sido con las respectivas medidas de salubridad y vacunación, el gran desafío de todo gobierno, sin considerar las amenazas de los posteriores estallidos sociales e incluso la guerra. Pensar en cómo afectar lo menos posible la senda de prosperidad de muchos hogares y evitar su caída a situaciones de pobreza fue un reto que todavía cuesta e incluso representa el endeudamiento en el largo plazo.
En Colombia el retroceso en ocho años en los índices de superación de las líneas de pobreza conllevó a apoyos y transferencias monetarias que fueron la solución de transición. Hoy los hechos logran un panorama más alentador de acuerdo con los recientes resultados que presenta el DANE en términos de la pobreza monetaria y la pobreza monetaria extrema del 2021, aun cuando la calidad en el empleo y la inflación están incidiendo como fuertes obstáculos, como lo señala ANIF en su coincidente análisis en prospectiva.
Sin embargo, para el común no es tan fácil concebir el día a día de alguien en situación de pobreza extrema, pues la línea se marca a personas que acceden a una canasta básica de alimentos (de dos mil cien calorías diarias) con apenas ciento sesenta y dos mil pesos mensuales de ingreso per cápita o con seiscientos cuarenta y cuatro mil pesos mensuales en caso de un hogar promedio de cuatro personas.
Igualmente, para la pobreza monetaria (no extrema) se habla de trescientos cincuenta y cuatro mil pesos per cápita mes a nivel nacional, que para un hogar promedio de cuatro personas corresponde a algo más de un salario mínimo, un millón cuatrocientos diez y seis mil pesos aproximadamente.
Vale la pena aclarar que en este caso se mira la pobreza desde el punto de vista de los ingresos, que es distinto al índice de pobreza multidimensional que incluye condiciones en educación, salud, trabajo, vivienda y servicios públicos y de niñez y juventud como el rezago escolar, entre otros.
Así, para el 2021, según cifras del DANE, el 39.3% de la población colombiana está en situación de pobreza monetaria, es decir alrededor de diez y nueve millones seiscientas mil personas, a quienes, como lo reafirma ANIF, la incidencia en el aumento de los precios de los alimentos les afecta duramente.
Esto significa que cerca de un millón cuatrocientas mil personas lograron salir de esa condición frente al 2020, primer año de pandemia, siendo menor en las cabeceras municipales en comparación con la denominación rural, aunque sin superar la proporción que venía en el año 2019 del 35.7%, que es algo más de la tercera parte del país. En pobreza extrema es el 12.2% de la población para el 2021. Asimismo, hay mejoría en el índice de desigualdad en el ingreso de los hogares, el coeficiente de GINI.
Este comportamiento es un hecho que se suma a la recuperación económica y da respuesta a la pregunta sobre la gestión del presidente Duque, quien pasará a la historia como el gobernante que debió afrontar el manejo de la pandemia SARS- CoV-2 y asumir la contención del empobrecimiento de la población.
No obstante, en esta misma órbita, como lo menciona ANIF, es necesario continuar con la búsqueda de la promoción de empleos de igual calidad y condiciones anteriores para llegar al punto de retorno y mejorar la oferta.
*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI
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