POR: Julio Bahamón Vanegas
El título corresponde al libro escrito en el año de 1.992 por el célebre periodista Andrés Oppenheimer, ganador del premio Pulitzer, en el que narra la inminente caída del comunismo cubano y el gradual derrumbamiento de 30 años de dominio de Castro en la Isla.
Oppenheimer inicia el relato con la ejecución, en 1.989, del general Arnaldo Ochoa, héroe de la revolución cubana. Ese asesinato fue el primer signo de la ruptura en las filas de Castro.
Por otro lado, Oppenheimer nos cuenta en su obra los escándalos de droga que invadieron los poderes superiores del régimen castrista y prueba que hubo motivaciones políticas detrás de las ejecuciones de los más cercanos ayudantes de Fidel Castro.
A principios de los 80s, Castro utilizó sus contactos con el Cartel de Medellín para enviar armas por avión a las guerrillas del M-19 de Colombia a cambio de permitirle a las naves de los narcotraficantes utilizar el espacio aéreo y las pistas cubanas, sin ninguna interrupción militar de Cuba, así lo atestiguó Carlos Lehder uno de los principales jefes del Cartel de Medellín, ante un tribunal norteamericano, de que él se había reunido con Raúl Castro en la Habana para organizar estas entregas de armas al grupo rebelde, clan en el que militó Gustavo Petro.
Cuenta el investigador en su libro, del abierto desafío de la juventud cubana, de Alina, la hija disidente de Fidel Castro y del nieto “punk” del Che Guevara, Canek; la secreta campaña del gobierno para infiltrar en Cuba la magia negra y los cultos africanos; la impresionante ola de prostitución masculina y femenina que ha llevado a transformar a Cuba en un paraíso sexual desde los años noventa hasta ahora.
Nos narra la historia de los hermanos mellizos, el coronel Tony De La Guardia y el brigadier general Patricio De La Guardia, que fueron los principales agentes secretos de Castro antes de caer en desgracia y de ser juzgados bajo acusaciones de narcotráfico en 1.989. Fidel los visitó en sus celdas y les prometió clemencia si aceptaban asumir toda la culpa por el narcotráfico, pero al final, de todos modos, fueron ejecutados el 17 de julio de 1.989.
Ahora resulta que los asesores de la campaña de Gustavo Petro han salido con le cuento de que Petro ha sido amenazado y que su vida corre peligro. Se trata, señores de otra de las tantas marrullas de esa campaña. Le han recomendado que finja ser la víctima de un posible atentado contra su vida. Eso lo dicen sus consejeros, unos comunistas españoles amigos de Santiago que fue el camarada ibérico que asesoró a Santos en su farragoso proceso de paz. Todo eso hace parte del guion acordado y de otro de los embustes del exmilitante del M-19. Lo comparan con Jorge Eliecer Gaitán, con Luis Carlos Galán, con Álvaro Gómez, ¿abrase visto semejante desfachatez?; comenzando porque ni Gaitán, ni Galán, ni Gómez Hurtado tuvieron que empuñar armas para hacer valer sus ideas, ellos fueron las victimas reales y Petro como victimario, sí las empuñó, y las utilizó contra el pueblo colombiano. Ahora, yo sí creo que el candidato de la Izquierda debe cuidarse, pero de sus terroríficos compañeros de senado, reconocidos militantes de las Farc, quienes evidentemente confesaron haber asesinado al Dr. Álvaro Gómez Hurtado. Y del enajenado senador Gustavo Bolívar quien organizó en Santa Marta, el pasado 1 de mayo con algunos líderes sindicales, portando sendos ataúdes, el “entierro de Federico Gutiérrez y de Álvaro Uribe”. Esa es la brutalidad y el odio que estilan por los poros sus directivos.
Nuestro apreciado amigo y también colaborador de este diario, el Dr. Ernesto Cardozo nos ha dicho en su última columna de opinión que lo que estamos defendiendo hoy no son solo unos ilustres candidatos, sino la historia democrática de Colombia, construida en 192 años de vida republicana y nos pide en su artículo que haya Unión Nacional ante la amenaza del comunismo internacional. Petro, afirma el comentarista, “avanza con acuerdos con grupos alternativos y disidentes de partidos tradicionales porque busca ganar en mayo, e implementar un nuevo modelo económico para el país”, mientras Fico, “busca consolidar una propuesta de Unidad Nacional con amplio respaldo ciudadano y con fuerza en el congreso para avanzar en reformas estructurales urgentes e inaplazables en el sistema político y electoral”. Coincido totalmente con lo que expresa en su crónica el ilustre amigo y pensador político.
