Por: Ernesto Cardoso Camacho
La maltrecha democracia colombiana permite una nueva oportunidad electoral a los partidos y movimientos que dicen representar las diferentes convicciones y opiniones de los casi 33 millones de ciudadanos inscritos en el registro electoral, para interpretarles sus sentimientos, aspiraciones y profundos deseos de superar la inequidad social y la vergonzosa corrupción que los agobia.
La campaña que ya inició se desarrollará en un contexto económico, social y político muy diferente a lo que tradicionalmente hemos conocido debido a los devastadores efectos de la pandemia.
Existe una convicción generalizada según la cual es indispensable que para la elección presidencial, desde la primera vuelta, se formalizarán las alianzas y coaliciones que aglutinen los sectores afines según sus postulados ideológicos y sus respectivos acuerdos programáticos. La elección del congreso que se realizará dos meses antes, promete ser el escenario adecuado para que se definan los respectivos candidatos que habrán de liderar tales alianzas.
Para la segunda vuelta en mayo, llegarán solamente los dos representantes de tales alianzas mayoritarias que competirán para obtener la presidencia.
Por ahora se ve con claridad que se formalizarían tres grandes coaliciones: la centro derecha; la centro izquierda; y la izquierda radical.
En la primera, la tendencia lógica es que ésta será promovida por el uribismo con el conservatismo NO santista, las mayorías de Cambio Radical; y un sector mayoritario del partido de la U, los sectores cristianos, y las organizaciones sociales que aún abogan por las modificaciones al Acuerdo de Paz lideradas principalmente por las víctimas del conflicto.
La segunda, que para mi gusto es impulsada por quienes promueven la tendencia ideológica de la social democracia, aquí llamada centro izquierda, que estaría conformada por el partido Verde; el Polo de Robledo; el liberalismo de Gaviria, los Galán y De la Calle; Santos; conservadores santistas; y por diversos sectores sociales que defienden los acuerdos de la Habana; cuyo liderazgo lo asumiría Fajardo.
La tercera, estaría liderada por Petro y su partido Colombia Humana; las Farc; disidentes del Polo; disidentes del partido liberal cuyo vocero es el exministro Cristo- quien será la cabeza de playa del santismo para luego ingresar a la candidatura de Petro en el evento en que Fajardo no lograse pasar a la segunda vuelta-; sectores sociales de la izquierda radical como algunos sindicatos estatales-Fecode- Rama Judicial- Ecopetrol, etc; y ciertos lagartos de la política como Roy Barreras y Benedetty.
En este escenario estarían representados los sectores partidistas y movimientos sociales que tienen representación en el Congreso y otros que lucharán por obtenerla.
La pregunta del millón es quien asumiría el liderazgo del bloque de centro derecha. Personalmente creo que esta vez es muy improbable que fuese “el que diga Uribe”, por diversas razones.
La primera y quizá mas determinante es que los demás socios de tal coalición como son el conservatismo y cambio radical, estarán muy unidos para que uno de los suyos sea el elegido como líder de ese bloque. La segunda, porque es evidente el desgaste político de la imagen del expresidente Uribe y del gobierno Duque. La tercera, porque muchos electores uribistas que no pertenecen al CD optarán por otras alternativas. La cuarta, porque los efectos sociales y económicos de la pandemia se asociarán con el desempeño del gobierno que si bien es cierto es Duquista, los electores lo asociarán con “el que dijo Uribe”.
No obstante, tampoco es sencillo menospreciar o subestimar la fuerza política del caudillo quien por tener total claridad de los escenarios políticos que hoy se vislumbran en los países latinoamericanos, ha advertido con lucidez “ ojo con el 2022 “, expresión con la cual pretende aglutinar a todos los sectores políticos e ideológicos que rechazan la posibilidad de un gobierno de Petro.
En conclusión, habrá de correr mucha agua bajo los puentes. Los intereses personales y políticos se conjugarán para definir cada alternativa.