Según información de EFE, las redes que se dedican a vender mochilas las compran a las wayúu por 25.000 ó 30.000 pesos (entre 6,5 y 7,5 dólares), cuando los hilos “ya por si solos casi cuestan eso, pero a ellos no les importa”. Luego las venden por 80.000 pesos (unos 20 dólares) y dependiendo de la ciudad, hasta por 300.000 pesos (unos 75 dólares).
“Hay personas que vienen desde Medellín o Bogotá, se quedan dos o tres días en La Guajira, se llevan mil o 2.000 mochilas, vienen una o dos veces al mes única y exclusivamente a eso”, comentó Guillot. Y agregó que: “el intermediario en La Guajira ya ni siquiera vende las mochilas aquí, porque sabe que aquí no pasan de 100.000 pesos (unos 25 dólares)”, mientras que “hay grandes diseñadoras que solo por ponerle la etiqueta con su nombre las venden a un millón de pesos (unos 250 dólares)”.
Las mochilas no son lo único que tejen las indígenas wayúu, su arte lo han extendido a ropa para bebé y accesorios de hogar, cualquier cosa que con sus agujas puedan crear y que les proporcione ingresos para sobrevivir y alimentar a sus hijos.
Hay que tener en cuenta que el tejer es una actividad intergeneracional en la cultura wayúu, que se pasa de madres a hijas entendiendo que es la labor que necesitarán para convertirse en mujeres y poder sustentarse a ellas mismas y a sus familias.
Las mochilas wayúu son el motor económico para estas comunidades que suelen vivir apartadas y sin muchos recursos en una región donde el Estado no tiene mucha presencia. Y aunque están mal pagas, las wayúu siguen tejiendo, dando continuidad a una tradición con la esperanza de que algún día se llegue a valorar su artesanía tanto como para pagarles un precio justo.