POR: Aníbal Charry González
Lo que voy a transcribir textualmente en esta columna y en mayúsculas para que sea leído con absoluta claridad, no lo afirmó Gustavo Petro, ni Francia Márquez, ni ningún integrante del Pacto Histórico, sino el mismo candidato del uribismo y de 45 carteles politiqueros que acompañaban su candidatura, Federico Gutiérrez, respecto del candidato que lo derrotara en primera vuelta que tiene como único lema de campaña, “CONTRA LA CORRUPCIÓN”: “RODOLFO HERNÁNDEZ ES UN FALSO MESÍAS DE LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN, ES QUE SI ALGUIEN HOY TIENE UN PROCESO GRAVE POR CORRUPCIÓN EN LA FISCALÍA ES ÉL Y SU HIJO, SU HIJO CASI QUE LEGALIZÓ LA CORRUPCIÓN LLEVÁNDOLO A NOTARÍA, EN EL GOBIERNO DE ÉL LE ADJUDICARON UN CONTRATO DE UN RELLENO SANITARIO PARA BENEFICIAR A UN PARTICULAR DONDE ESTABA INVOLUCRADO SU HIJO Y ÉL, DEJÉMOSLO CLARO, PORQUE ÉL ANDA POR AHÍ POR TODOS LADOS, DICIENDO QUE LOS OTROS, QUE CORRUPTOS, NO, YO NO TUVE UN SOLO HECHO DE CORRUPCIÓN EN LA ALCALDÍA, ENTONCES YO LE HE DICHO, A MI ME RESPETA, PERO SOBRE TODO, QUE LE RESPONDA AL PAÍS Y QUE EL PAÍS NO SE DEJE ENGAÑAR”.
Pues bien: más claro no canta un gallo para retratar con autoridad a quien se presenta como adalid de la lucha contra la corrupción, y por supuesto la doble moral de Federico Gutiérrez y su equipo de campaña, al anunciar, ardido y transfigurado por la derrota que le propinara el candidato que él mismo sindicara de corrupto, que votaría para la segunda vuelta por él con tal de derrotar a Petro, junto con su fórmula Rodrigo Lara Sánchez, que ni siquiera como borrego útil abrió la boca, confirmando que en la mafia politiquera no tienen principios sino fines, y para ello están dispuestos a aliarse hasta con el diablo si es preciso, con tal de lograr su torcida finalidad de mantenerse en el poder como sea.
Porque ya estamos viendo cómo en manadas, los clanes de la corrupción politiquera que acompañaban a Federico Gutiérrez, a quien el falso mesías anticorrupción lo llamara a agradecerle su gesto de votar por él -no obstante que lo considerara un corrupto-, para sellar la alianza siniestra de la corrupción, -vaya paradoja, con el que se presenta como líder anticorrupción-, en lugar de insistirle como lo había dicho, que le respondiera al país por sus actos de corrupción para que no lo fuera a engañar. Dios los cría y ellos se juntan.
Entonces nos queda claro, para que no se engañe al país, como lo pedía Federico Gutiérrez con la farsa del candidato contra la corrupción, que si este y todos los esos carteles politiqueros que lo acompañaban, ahora están unidos con el candidato que representa la corrupción: para derrotarla de verdad, hay es que elegir a Gustavo Petro como presidente, que ha sido el único de los candidatos que ha denunciado sistemáticamente la corrupción y el paramilitarismo a riesgo de su propia vida, y por eso lo consideran con razón un peligro para terminar con esta funesta hegemonía.