POR: Aníbal Charry González
En un atinado meme que circula por las redes podemos leer: “En Colombia nos han hecho creer que es más grave ser de izquierda que ser corrupto. Por eso, cada cuatro años muchos insultan a los de izquierda y eligen a los corruptos”. Y ahí vamos invictos con una derecha pérfida y corrupta que integra el establecimiento, que es la que se ha encargado con estigmatizaciones malvadas de hacerle creer a la gente, que en efecto es mucho más grave ser de izquierda que ser corrupto para mantenerse en el poder, y mucho más ser exguerrillero inculcando odio irracional a Gustavo Petro sindicándolo de criminal cuando no ha cometido delito alguno, salvo rebelarse contra la ignominia de un establecimiento corrupto y criminal, por lo cual fue amnistiado para tratar de lograr en las urnas y por las vías democráticas la Presidencia, insistiendo contra toda persecución infame del establecimiento en obtenerla.
Por eso en el debate electoral del 2018, donde Petro compitió con Duque, padeció toda clase de infamias por ser de ideas liberal socialdemócratas , que Uribe y la derecha satanizaron como de izquierda radical para meter miedo y odio a Petro, luchador insomne contra la corrupción y la criminal parapolítica, para terminar eligiendo al corrupto que dijo Uribe, que nos ha sumido en la más rampante corrupción y violación impune de la ley y la Constitución como sucedió con el Mintic donde salió a respaldar a la ministra que permitió el desfalco de 70.000 millones de pesos, y la prevaricadora suspensión de la Ley de Garantías con el fin de favorecer taimadamente a todos los carteles de la politiquería afectos a su desastroso gobierno, para citar solo estos 2 casos de muchos considerados de gran corrupción.
Y ahora, después de la primera vuelta cuando Petro sacó la más alta votación de toda la historia, con una campaña infame de sindicaciones del régimen para tratar de lincharlo, -que no se sabe cómo lo dijo la prensa internacional como es que seguía vivo-, la derecha y todo el establecimiento con Duque a la cabeza, al sentir pasos de animal grande en su camino a la presidencia, arreció la venta del odio, sindicándolo nuevamente de criminal, al elevar con ruindad a la categoría de crimen, unos vídeos de vieja data que muestran simplemente una estrategia electoral, para interferir en forma no menos ruin en las elecciones -que los medios afectos al régimen han calificado marrulleramente como escándalo-, aliados con el falso mesías anticorrupción Rodolfo Hernández, este sí radicado en juicio por un grave crimen que es un auténtico escándalo.
Y para mayor perfidia, el procesado por la justicia trata en forma canalla a Petro de tener una gavilla criminal, haciéndole coro a la verdadera gavilla corrupta que lo acompaña, con el fin de relativizar su imputación, siguiendo un vil libreto para continuar haciéndole creer a la gente que es mejor elegir un corrupto como él, que a un candidato decente de izquierda como Petro. Pero esta vez el pueblo no caerá en la trampa.
