Diario del Huila

Radiografías de la violencia en el Huila

Jul 5, 2022

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DIARIO DEL HUILA, REGIONAL
Por: Daniela Gutiérrez

Los departamentos del Caquetá y Putumayo que limitan con el Huila han venido incidiendo en la violencia que se vive hoy por hoy. Se ha evidenciado la presencia de disidencias de las extintas FARC y otros grupos armados con la intención de volver a conformar dichas organizaciones. Desde el 2016 al 2021 se presentaron 1.100 asesinatos y 6.000 desplazamientos relacionados con el conflicto armado, según datos de la Oficina Asesora de Paz de la Gobernación del Huila.

Desde la firma del Acuerdo de Paz se plantearon algunos elementos y líneas de trabajo que permitieran ir superando los problemas que ocasionaros la guerra. Los vecinos departamentos del Caquetá y Putumayo han venido incidiendo en la violencia que se vive hoy por hoy en el Huila.

Esto ha generado que se empiecen a evidenciar disidencias de las FARC y otros grupos armados ilegales con la intención de volver a conformar dichas organizaciones. Uno de los principales factores que han sido determinantes en estas actuaciones es el incumplimiento al campesinado frente al uso de las tierras “y han vuelto a tomar los cultivos de uso ilícito frente a las difíciles condiciones de vida”, dijo el asesor de paz de la Gobernación del Huila, Diego Armando Tello Quintero.

“Para eso se habían hecho unos planes de sustitución de cultivos que no arrancaron entonces con la firma del acuerdo, y la no implementación de este llevó por ejemplo a que se volviera a plantar coca de manera masiva en el país, a que muchas personas no retornaran a las armas y esto ha causado que el conflicto se haya reconfigurado con nuevas expresiones”, afirmó.

Contexto

La conflictividad del Huila se explica por diversas causas estructurales y coyunturales de carácter socioeconómico, político y de seguridad, aunque su ubicación geoestratégica es también una de las razones de la presencia de diversos grupos armados ilegales y del conflicto armado.

Limita al norte con los departamentos de Meta, Cundinamarca y Tolima; al sur, con Cauca y Caquetá; al oriente, con Meta y Caquetá, y hacia el Occidente, con Cauca y Tolima. Por su ubicación, Huila permite conectar el centro con el sur del país; es la entrada hacia el sur de Colombia y la vía de acceso a importantes zonas de riqueza.

Es el cruce de cuatro corredores estratégicos: el primero es el de Sumapaz, que comunica la región con los departamentos del Meta y Cundinamarca, y con Bogotá; el segundo es el de la Amazonia norte, que conecta la región con el noroccidente del Caquetá, Meta y la cuenca del Orinoco; el tercero es el de la Amazonia sur, que comunica al Huila con Caquetá, Cauca y Putumayo. Finalmente está el corredor del Pacífico, que comunica a este departamento con el Tolima, Valle y la región del Pacífico.

Desde mediados del 2017 se evidenció la aparición de nuevas estructuras las cuales se han instalado en el sur del departamento que, sumado a “la pobreza, al olvido y la desigualdad generan un caldo de cultivos que brotan en violencia, asesinatos y desplazamientos”, narró el Asesor.

Índices de la violencia

El número de víctimas de estos flagelos ha aumentado según la Oficina Asesora de Paz del Huila desde el 2020 de forma considerable. “Ese aumento se debe directamente a la incidencia de departamentos como el Cauca, el Putumayo, el Caquetá y el Meta donde las personas han empezado nuevamente a salir por las condiciones de conflicto que se dan y llegan al Huila que sigue siendo un departamento receptor”, indicó Tello Quintero.

Esto sumado a los conflictos propios del departamento generados un poco por la pandemia del Covid-19; la cual dejó dificultades sociales gigantes ha sido el detonante para evidenciar hoy por hoy la conformación de nuevas disidencias.

“Se ha evidenciado la presencia de personas en el Sur del Departamento de personas que han tenido la intención de conformar la ‘Dagoberto Ramos’, los cuales son prevenientes del departamento del Cauca y su ubicación era el área rural del municipio de Algeciras”, sostuvo el coronel Edwin Becerra Díaz, Comandante de la Novena Brigada.

Se evidenció que “lo que busca la Dagoberto Ramos es ampliar su área de expansión que se han utilizado para abrir el paso al narcotráfico que en su momento se dan el sector de Cauca y necesitan pasarlo a diferentes sectores que pueden tener como destino final el interior del país”, comunicó el Coronel.

Los municipios de Algeciras y La Argentina ha sido unos de los más afectados por este tipo de conflictos donde se han generado asesinatos selectivos, extorsiones, intimidaciones, muertes colectivas, retaliaciones y desplazamientos y otro tipo de conflictos que vienen golpeando a estos territorios.

La ‘Dagoberto Ramos’ y la ‘Segunda Marquetalia’ han sido de los grupos identificados según lo dicho por el asesor de Paz de la Gobernación del Huila y el Comandante de la Novena Brigada.

Entre el 2016 y el 2021 hubo un aumento “significativo en violencias como el homicidio donde tenemos más de 1.100 en el territorio, casos de violencias sexuales que nos alertan a seguir tomando medidas acordes a la realidad, también amenazas y desplazamientos donde se puede hablar de más de 6.000 casos nuevos que se reportaron hasta el 2021 en el Departamento del Huila”, mencionó Tello.

A comparación de otros departamentos, el número del Huila es inferior, pero con el hecho de que se presente sólo un caso, se deben tomar las acciones y medidas necesarias para enfrentar la problemática.

Los límites con el Tolima

En los municipio de Íquira y Santa María se vienen presentando situaciones parecidas, las cuales están siendo relacionadas, de acuerdo con apreciaciones de Becerra Díaz a “los límites con el departamento del Cauca y del Tolima sobre el sector de Río Chiquito y su cercanía con el municipio de Íquira, donde tienen influencias en un corredor que se utilizaba anteriormente para comunicarse con Santa María y Teruel la cual ha sido usada por la Dagoberto Ramos para llegar a la población de los municipios y causar intimidaciones”.

“El Huila es un corredor muy importante geográficamente porque es la entrada y salida del sur colombiano ya que por aquí pasan muchísimas situaciones de orden público que se deben atender”, continuó Diego Tello.

Cifras

En el departamento del Huila según el Registro Único de Víctimas- RUV, desde que dio inicio el conflicto hasta el 31 de mayo de 2022 se han registrado 154.980 eventos de desplazamiento forzado. “La administración municipal a través del Centro Regional de Atención a Víctimas, ha atendido durante el transcurso del año 2022 a más de 3.800 personas, de las cuales el 95%, vienen por el hecho victimizante de desplazamiento forzado”, expresó Esmith Duarte Cano, secretaría de Paz y Derechos Humanos de Neiva.

Lo que significa ser objetivo militar

“Si no paga los 20 millones en 15 días, es declarado objetivo militar”, fueron las palabras que escuchó don Fernando*, mientras veía que el guerrillero del Frente 17 de las Farc preparaba su fusil, esa mañana del 2004.

Don Fernando era un comerciante de café del noreste del departamento del Huila, que al no ceder a la extorsión realizada por ese Frente subversivo, decide partir de su tierra natal y sufrir uno de los flagelos por los cuales han tenido que pasar millones de personas en todo el país, el desplazamiento.

Fue así, como este hombre huilense llega al departamento del Magdalena y reconstruye su vida de la mano de su familia, conduciendo una buseta, dejando atrás sus raíces y sus sueños. Ocho años después, a 1.115 km de distancia, el rastro de violencia nuevamente toca su puerta, una mujer de su pueblo natal y el sicario del mercenario que lo amenazó hace unos años, rondan su trabajo y su casa, pero esta vez, don Fernando decide no tentar su suerte y antes de dar la oportunidad a un posible encuentro, sale en búsqueda de la paz y la tranquilidad a la ciudad de Bogotá.

“No puedo regresar a donde nací, eso me dejó destrozado, porque en esa tierra me crie, a mí a veces me dan ganas de irme a bañar en la quebrada, caminar por donde andaba con mi papá y mi mamá, eso genera un dolor indescriptible, pero uno trata de vivir con lo que le toca”, expresa don Fernando.

En Bogotá, nuevamente recibe apoyo institucional y logra establecerse durante un año, no obstante, la difícil situación laboral hace que regresen al Huila y la esperanza de un proyecto piscícola hace que sus sueños empiecen a dibujarse nuevamente en la zona rural del municipio de Garzón, este proyecto se mantuvo un tiempo, pero desafortunadamente terminó; es así cómo se llega al municipio de La Hormiga, en el Putumayo, un contexto agreste, marcado por la violencia, en el cual decidió no vivir mucho tiempo por sus hijos.

Es así como llegan a Neiva, con sus sueños bateados, pero con las esperanzas intactas de salir adelante. En la ciudad lleva ya algunos años y ha sobrevivido realizando trabajos de plomería, adecuación de techos y realizando turnos en taxis. El pasado mes de octubre, don Fernando recibió un panfleto en su casa en el que nuevamente es declarado objetivo militar, 10 años después nuevamente la historia se repite, pero esta vez él ya no se desplazará.

“Ellos ya se desmovilizaron, pero las disidencias aún tienen mi información, pero yo no me voy a mover más, quiero quedarme aquí y estar para mis hijos” expresó Fernando.

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