Carlos Yepes A.
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De misterios y paradojas está llena la disciplina económica, mi profesor de introducción a la economía en la Universidad Nacional, Homero Cuevas atribuía a la incertidumbre el gran reto a superar por parte de los economistas. Hoy estamos sometidos a sus efectos a nivel regional, nacional e internacional, con la manifestación de dos fenómenos más que evidentes que están a la orden del día y mantienen el debate abierto en el país: inflación y devaluación.
A nivel regional el San Pedro alimentó mucho más esta incertidumbre, muchos ciudadanos se asombraron de ver al alcalde de Neiva cabalgando dos días después del anuncio de una medida de aseguramiento en su contra; otros no entendían cómo si no tenían dinero suficiente para pagar los costosos palcos, les tocaba pagarle la gana a los “silleteros” que se tomaron los espacios públicos entre las tarimas para cobrarle a la gente; los caballistas tuvieron que pagar una costosa manilla para poder cabalgar y no entendieron cuál era la retribución a este pago y para completar la emblemática y tradicional fiesta de traje típico de cierre de fiestas tuvo un gran ausente como lo fue el doble anís, la exclusividad fue para un ron foráneo.
A nivel nacional la incertidumbre la genera el anuncio de medidas y reformas que llegan con el nuevo gobierno. Al parecer abandonaremos la búsqueda de petróleo y gas y tal vez la exportación del primero, esto ayudará al dólar a seguir subiendo, lo mismo sucederá con el carbón. Anuncian también el incremento del gasto público a cargo de la más agresiva reforma tributaria de los últimos tiempos, posteriormente se habla de modificaciones al sistema pensional, la salud y al sistema arancelario para proteger la industria y el campo nacional, cerrando con una reforma a las fuerzas armadas.
La incertidumbre a nivel global tiene también al mundo en veremos. Lo más notable la guerra en Ucrania, el aumento de los precios internacionales del petróleo, el gas y el carbón, la inflación casi que generalizada en el planeta con su consecuente reacción de los bancos centrales con políticas drásticas antiinflacionarias como la subida de las tasas de interés, que restringen el consumo de los hogares y desestimulan la inversión de las empresas, esto se terminará traduciendo en una desaceleración mundial como preámbulo de lo que los economistas llamamos recesión.
Por ahora esta triada de incertidumbre está llevando a que todos se refugien en el dólar y los que no tienen recursos para salvaguardar, seguirán padeciendo con el alza de precios y la falta de oportunidades laborales, efectos tempranos de una recesión. Nos vienen tiempos difíciles que deben llamar a la unión responsable de liderazgos. Ojalá la lectura de esta desafortunada coyuntura por parte del nuevo equipo de gobierno tenga objetivos claros y certeros para el manejo de la economía del país.
