Por: Alain Perdomo Herrera
Uno de los recuerdos bellos de la infancia, tal vez de la primaria es sin lugar a dudas una izada de bandera y la celebración del 20 de julio, evento cultural que hemos venido celebrando y disfrutando de manera consciente o inconsciente a lo largo de nuestra historia, que de por sí es corta, si se compara con otros pueblos legendarios.
Dada la fiesta patria que se aproxima, me tomaré el atrevimiento de navegar en el campo de los historiadores para contar algunos aspectos importantes relacionados con una pregunta obligada. ¿Por qué se celebra el 20 de julio? ¿Qué pasó con el florero de Llorente? Pasa, que hay dos hechos ciertos que no podemos desconocer, el primero es la revolución francesa de la cual somos sus herederos y que gran parte de sus instituciones jurídicas y políticas fueron traídas por Antonio Nariño, Santander y Bolívar, encontrándolas preceptuadas hoy en nuestra constitución política de 1991, en segundo lugar, de ese evento revolucionario va a salir la figura de Napoleón Bonaparte, quien realizará una campaña en Europa que alterará el curso de la historia por su proyecto expansivo.
Napoleón Bonaparte va a generar una fractura en España, país al que le pidió permiso para cruzar por su territorio para ir a enfrentarse con Portugal que era aliado de Inglaterra; Napoleón, como era de esperarse, abusó de la confianza que le brindaron los españoles y se les quedó en su territorio violando el “tratado de Fontainebleau de 1762” y para completar termina nombrando un rey que es hermano suyo, mandando a arrestar a los reyes que tenían, desmoronando el orden político español.
Como en la actualidad, todo depende del orden central, nada diferente en esa época en la cual todo giraba en torno al rey, de allí que, en el territorio americano dominado por España, quien ejercía autoridad del soberano era “el virrey”. Esto obliga a que en américa se tenga que organizar de otra manera, por algo obvio, en España estaba preso el rey; y para solucionar ese problema había un remedio que tenía el nombre de “juntas”, que son la soberanía del pueblo, ese recurso lo utilizaban los españoles y es el que se va a utilizar en américa latina que queda aislada de lo que está sucediendo en España, eso significa que teníamos que se deba organizar como pueblo y en toda américa latina habrá movimientos de juntas incluyendo por supuesto a Colombia.
Esto que pasa es muy importante, porque por primera vez el pueblo está pensando políticamente en país, con una idea sobre nuestra identidad, integrando una cantidad de pensadores, políticos, filósofos que construirán un proyecto histórico nuevo con la enorme influencia de la revolución francesa y con la idea de que otro mundo es posible, así se va cocinando la idea de promover un movimiento de juntas en Santafé de Bogotá, sin desconocer que ya habían empezado otros movimientos de juntas en el territorio colombianos y américa latina.
En ese momento crucial Santafé de Bogotá es la capital del virreinato de la nueva granada, centro político importante, razón por la cual era de suma importancia que los movimientos de juntas de Neiva, Ibagué, Cali, Pamplona, el Socorro, Tunja, Mariquita, Mompox, Medellín Popayán, Santa Marta, Cartagena, Quibdó e Ipiales llegaran hasta la capital, todos hacían parte de la colonia de España; había que provocar un movimiento de juntas para poder separar el poder directo de la corona, lo que se vendría en adelante es lo que conocemos como el florero de Llorente.