En varios de mis artículos siempre he sostenido que la historia del Huila se divide en dos: antes y después de la Universidad Surcolombiana.
Pues, hablar de esta casa de estudios es hablar de desarrollo académico e investigativo de la región. Es hablar de proyección social, de crecimiento, de progreso, de cualificación en diversas áreas y niveles, de los ires y venires, de aciertos y desaciertos muy propios de las instituciones en auge, como lo plantea Douglas North.
La USCO, como es más conocida, formó a gran parte de la clase dirigente del departamento, a casi toda su población profesoral, a un gran número de líderes empresariales. Es decir, sus más de 42 mil graduados son el vínculo directo con la sociedad, y el reflejo fehaciente de la labor misional que ha venido cumpliendo esta alma máter en sus 52 años de existencia.
Hoy, la institución goza de tener la Acreditación de Alta Calidad, una distinción que se logró en el año 2017 con el trabajo y dedicación de todos sus integrantes. Directivas, docentes, estudiantes, graduados, egresados, empleados y trabajadores aportaron sustancialmente para alcanzar esa meta. Y, hay que decirlo, también fueron protagonistas indiscutibles el consejo superior y el consejo académico, ex-rectores, el gobierno municipal y departamental, los gremios, padres de familia y jubilados.
El Huila y sus gentes se identifican con la Universidad Surcolombiana, y la quieren y defienden. Desde el sueño hecho ITUSCO ha sido así, desde su surgimiento ha sido así.
La región ha entendido que la Acreditación en el sistema de aseguramiento de la calidad es la etapa máxima de una tarea que parte del hecho de que la institución tenga acreditado un cierto número de programas que ofrece, más el cumplimiento de una serie de requisitos que requiere el compromiso de todos.
Al momento de redactar estas líneas, la USCO se encontraba atendiendo una visita de once pares académicos designados por el Consejo Nacional de Acreditación, quienes durante tres días cumplirán una apretada agenda de evaluación externa en el marco de la obtención de la renovación de acreditación en la que está comprometida toda la entidad.
Ese sello de acreditación se constituye en una prenda de garantía para toda la región y el país. Pues, mantener la acreditación no es un mero capricho o requisito, ello representa un plus muy valioso para estudiantes, profesores, graduados y funcionarios.
Para las empresas y organismos departamentales es un valor agregado que se ve reflejado en buen nombre, reconocimiento y desarrollo social. En la consolidación de apoyos y convenios internacionales, por ejemplo, es muy importante el sello de acreditación institucional.
Todo esto indica que mantener la acreditación no será un punto de llegada, sino la consagración integral en una cultura de absoluto mejoramiento continuo. Postulado que rodea a toda la institución y al departamento del Huila.
Alcanzar esta renovación se traducirá, también, en ratificarle a la institución cuáles son sus fortalezas, en subsanar sus debilidades, en clarificar las tareas pendientes y en identificar las temáticas a abordar en el continuo devenir del conocimiento. Además, por supuesto, en la obtención de resultados altamente positivos como cuerpos profesorales más calificados, mejor escolaridad, mejores niveles investigativos, y mayor relacionamiento con la sociedad, entre otros aspectos.
Confiamos en que esta visita será determinante para el logro de la renovación institucional, que en esta ocasión será en la modalidad multicampus para emblema de la región Surcolombiana y como ícono indiscutible de educación superior de calidad en el sur de Colombia.
