DIARIO DEL HUILA, TENDENCIA
EFE
Investigadores del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP), del Instituto de Paleoecologia Humana y Evolución Social (IPHES) y de la Universidad Rovira i Virgili (URV) han encontrado en Marruecos seis dientes de macaco de hace 2,5 millones de años que cubren un vacío en el registro fósil.
Según han explicado los investigadores, la presencia de macacos en el norte de África se remonta al Mioceno superior, con una antigüedad de unos 6 o 7 millones de años.
Poco tiempo después, hace aproximadamente 5,5 millones de años, aparecieron los primeros representantes en Europa (España e Italia), adonde migraron durante la Crisis de Salinidad del Messiniense.
Restos en el yacimiento de Guefaït
Ahora, esta investigación, que publica el ‘Journal of Human Evolution’ y que han liderado los investigadores catalanes junto con la Universidad Mohammed Premier de Oujda y el Institut National des Sciences d’Archéologie et du Patrimoine (INSAP), ha descrito nuevos restos fósiles de macaco procedentes del yacimiento de Guefaït, en el noreste de Marruecos.
Son seis dientes de cercopitécido de hace ceca de 2,5 millones de años con una morfología que ha permitido asignarlos al género Macaca.
A partir del tamaño de los dientes, los investigadores estiman que estos macacos tenían un peso aproximado de 12 kilos y que, tanto el tamaño como la morfología de los dientes son compatibles con los de la especie actual del norte de África (el macaco de Berbería, Macaca sylvanus).
Los datos moleculares indican que el Macaca sylvanus divergió antes que el resto de los macacos actuales que viven en Asia.
En África los últimos 5 millones de años
Los dientes de Guefaït son más parecidos a los de la subespecie africana actual que a las formas fósiles de Europa, por lo que es posible, según los paleontólogos, que la especie estuviese presente de forma ininterrumpida durante los últimos 5 millones de años en África, aunque hay un vacío en el registro fósil entre 2,5 y 0,2 millones de años, que contrasta con el registro más continuo que se observa en Europa.
Futuros estudios deberán aclarar si esta ausencia se debe a una extinción local de esta especie en África o si, simplemente, se trata de un problema de muestreo.
Los restos de macaco que han sido analizados ahora forman parte del conjunto de fósiles recuperados en varias campañas de excavación llevadas a cabo durante 2018 y 2019, en el marco de un proyecto interdisciplinario de colaboración hispano-marroquí.
Allí han encontrado más de 3.200 restos de vertebrados (anfibios, reptiles, y pequeños y grandes mamíferos, como elefantes, rinocerontes e hipopótamos, entre otros) del Pleistoceno inferior inicial, con una antigüedad cercana los 2,5 millones de años.
Los macacos (género Macaca) son un grupo de monos del Viejo Mundo (cercopitecoideos) de la tribu de los papioninos, que también incluye los mangabeys, los babuinos, los mandriles y los teropitecos o geladas.
23 especies de macacos en África y Asia
Juntamente con los humanos, los macacos son los primates con una distribución más amplia en el mundo, ya que se conocen 23 especies actuales, distribuidas por África y Asia.
En Europa, su presencia se limita a los anecdóticos macacos de Gibraltar, que son el resultado de introducciones por parte de los humanos de ejemplares del macaco de Berbería (Macaca sylvanus).
Esta especie actualmente se encuentra de forma salvaje en el norte de África, a diferencia del resto de especies del género, que son asiáticas.
En el pasado, sin embargo, gracias al registro fósil, se sabe que esta especie llegó a estar distribuida, además del norte de África, por gran parte de Europa.
En Cataluña se han descrito restos con una antigüedad aproximada de un millón de años, procedentes de los yacimientos de Cal Guardiola y Vallparadís (Terrassa) y de Incarcal (Pla de l’Estany), entre otros.
Los paleontólogos creen que todos los macacos fósiles de Europa desde el Plioceno inferior pertenecen a esta especie, salvo la especie insular extinta de Cerdeña (Macaca majori) y de los restos más antiguos del Mioceno terminal (hace poco más de 5 millones de años), que no se han atribuido a ninguna especie.