La planta procesadora de alimentos para animales Itacol ha venido generando, presuntamente, una reiterada contaminación del aire que perjudica especialmente a cuatro comunas de la ciudad de Neiva. Camilo Agudelo, director de la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena (CAM) indicó que en efecto hay una unidad productiva a la que ya se le había puesto una suspensión y que volvieron a activar, por lo que procedieron a iniciar la medida sancionatoria.
DIARIO DEL HUILA, PRIMER PLANO
Por: Daniela Gutiérrez
Intercol Neiva es una empresa procesadora de alimentos para animales que tiene su planta en la zona industrial; parque Terpel de Neiva más exactamente llegando al municipio de Palermo. El grave problema es que en la ciudad se ha agudizado la contaminación del aire que estos procesos industriales generan afectando más a las comunas 1, 2, 3 y 4 del municipio.
“Ellos tienen acá la planta para producción de alimentos para la tilapia y mojarra y es la que nos produce los malos olores porque lo que tienen para producir se parece a unas ollas exprés, pero de más de 10 metros donde se meten harinas de carnes para producir el alimento para los pescados”, contextualizó el concejal Jaime Unda Celada quien ha hecho seguimiento al caso.
Con la repetida denuncia de la comunidad debido a los malos olores generados sobre todo en las noches en los horarios entre 8:00 pm y 4:00 am la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena (CAM) en cabeza de su director Camilo Agudelo tomaron cartas en el asunto y se dedicaron a hacer las investigaciones correspondientes.
“Evidenciamos que hay una unidad productiva nueva que tiene la planta de las 3 que tiene y no había sido incorporada al Plan de Reducción de Impacto por Olores y es una unidad que entró a operar en el mes de diciembre. En ese sentido, la corporación establece una medida preventiva y ordena la suspensión de la operación de esa nueva planta la cual no estaban cumpliendo puesto que la habían vuelto a poner en funcionamiento”, aseguró Camilo Agudelo.
Denuncias y visitas
La CAM aseguró que ha venido realizando dos visitas al año en la planta para verificar las condiciones técnicas y de operación de insumos. También se advirtió que cada planta tiene unos requerimientos distintos que garanticen que no se genere un impacto ambiental negativo.
Según denunció el concejal Unda Celada, la CAM hacía las visitas mientras las máquinas estaban apagadas y por eso no se había evidenciado como tal el problema. Sin embargo, los malos olores alertaban a la comunidad de los momentos en los que se estaba funcionando.
Como “una chimenea con olor a galpón podrido”, describe el cabildante lo que se venía percibiendo en distintos sectores de la ciudad.
Según se conoció hace cerca de 4 años la empresa estuvo cerrada por unos tres meses por el mismo inconveniente, y hoy se vuelve a presentar la situación ¿por qué? Es lo que se pregunta la comunidad la cual viene siendo duramente afectada.
El barrio Rodrigo Lara es el más perjudicado, pero “definitivamente la CAM se ha venido haciendo el de los oídos sordos con este tema. Me parece injusto que diga que conoció este problema apenas hasta diciembre cuando esto viene de años atrás. De pronto no le habían dado agenda de esto, pero la verdad es que hoy la gente no cree en la corporación ambiental”, aseveró Unda Celada.
Por su parte el directivo de la Corporación sostuvo que es necesario que la comunidad denuncie formalmente todas las irregularidades en materia de contaminación ambiental para poder iniciar los procesos que pueden acabar como este, en sanciones.
“Con este tema de olores hemos actuado por las denuncias de los medios de comunicación, pero no hemos recibido denuncias formales y es importante hacerlo, nosotros tenemos un equipo de red de control para estos casos”, dijo Agudelo.
Sitios adecuados
De acuerdo con lo conocido en este factor también surge un elemento necesario y es el plan de ordenamiento territorial de los municipios, que para el caso de Palermo y Neiva no están actualizados y en ese sentido no se tienen garantizados los corredores industriales que aseguren no chocar con las zonas residenciales.
“Los corredores industriales deben tener un espacio propio y adecuado para poder desarrollar sus actividades, claro, cumpliendo con los parámetros ambientales, pero no cerca de las áreas de vivienda”, concluyó el director.
