No nos queda la menor duda. La pérdida de memoria que últimamente viene afectando al señor presidente nos indica que se le debe hacer ese examen, con carácter de urgencia, para saber el grado de demencia que lo tiene desorientado y lo mantiene enajenado.
No de otra manera uno se explica las declaraciones de la semana anterior en Pereira, en donde afirmo, fuera de sí: “que no hubo ningún magistrado secuestrado, que no hubo retención de ningún funcionario de la Corte Suprema de Justicia, que los magistrados de la Suprema no se fueron a sus casas porque querían seguir trabajando, que el comandante de la Policía los estuvo visitando y que no había visto ninguna asonada frente al parqueadero del Palacio de Justicia, que él mismo, el presidente de la república salió de la casa de Nariño a asomarse a la carrera 8 y no vio nada que pudiera haber puesto en riesgo la integridad de los señores magistrados de la Honorable Corte Suprema de Justica”
Perdió la razón el primer mandatario de los colombianos,; se le olvido que fueron ordenes suyas dictadas a través de un ciudadano español nacionalizado por su gobierno, Xavier Vendrell, quien se las transmitió a los comandos, Activistas del Cambio que integran el “colectivo digital” del ejecutivo, para que se movilizaran a realizar el peligroso acto de “secuestrar a lo señores magistrados de la Honorable Corte Suprema de Justicia con el fin de intimidarlos y seguramente obligarlos ese mismo día, a elegir la nueva fiscal general de la nación.
¿Olvidadizo el señor presidente?, ¿cínico?, ¿mentiroso? y ¿bufón?, o ¿todas las anteriores?
Para el exconsejero de estado Alberto Yepes le recordamos apartes de la declaración leída ese mismo día, a los medios por parte del señor presidente de la Corte Suprema de Justicia, Dr Gerson Chaverra ante el asedio que vio el mundo entero contra la majestad de la rama jurisdiccional.
Veámoslo: “Condenamos el bloqueo violento e ilegal de manifestantes AFINES AL GOBIERNO al Palacio de Justicia acto que considero “inaceptable”
“La Corte Suprema de Justicia rechaza enfáticamente el asedio de las últimas horas al Palacio de Justicia de la capital de la república situación que además de afectar gravemente el derecho a la libertad de locomoción pone en grave riesgo la vida e integridad física de magistrados, empleados, periodistas y demás ocupantes de la principal sede judicial del país”.
Dr. Petro, que fue lo que no entendió después de escuchar las palabras del señor presidente de la Honorable Corte Suprema de Justicia para llevarlo a afirmar que “no pasó nada”?
¿Y sobre lo que continúo diciendo el presidente de la Corte en su declaración, como lo interpreta el versado asesor del gobierno de Petro?: “Es inaceptable, manifestó, que se llegue a sitiar a jueces cuya independencia, autonomía e imparcialidad debe ser impulsada y promovida tanto por la sociedad como por los poderes públicos del Estado. La democracia queda en vilo cuando cualquier sector o actor de un país pretende presionar política, física o moralmente decisiones de la justicia”. “La función judicial solo está sometida al imperio de la Ley”.
El gobierno nacional y su presidente, que se sepa, con su atroz comportamiento no encarnan hoy la majestad de la república, ni la Leyes de Colombia. Contrario a la interpretación que le ha dado a la asonada del 8 de febrero el exmagistrado Yepes, pues según su punto de vista entonces, ¿podríamos decir que la toma guerrillera por parte del M-19 en noviembre de 1.985 fue una manera legítima de protestar para presionar a los togados de la época e impedir la aplicación del tratado de extradición de nacionales a los Estados Unidos? No importo que como resultado de la acción criminal del grupo M-19 terminaran asesinados 11 magistrados de la Suprema y del Consejo de Estado, y 100 ciudadanos más?
Que gran lección de dignidad, de decoro, de sabiduría y de conocimientos sobre el Estado la que le ha dado la Corte al gobierno. El pueblo, señor presidente es superior a sus gobernantes. Sus vándalos, sus tales mingas indígenas, sus colectivos, no representan al pueblo. No se equivoquen. Julio Bahamón
