Pese a que desde el pasado domingo entró en vigor la Ley 2232 de 2022 que prohíbe la producción, comercialización y uso de plásticos de un solo uso, aún hay algunos que se siguen comercializando. Se espera la reducción total en 2030.
DIARIO DEL HUILA, INFORME
Por: Gustavo Patiño
Desde el pasado domingo 7 de julio, ha entrado en vigor la prohibición de seis plásticos de un solo uso. Esta medida, enmarcada en la Ley 2232 de 2022, busca mitigar el impacto ambiental que estos productos tienen en el medio ambiente y fomentar el uso de alternativas más sostenibles. Sin embargo, aunque seis productos ya no se encontrarán en los comercios, aún hay una serie de plásticos que seguirán en circulación hasta 2030.
La Ley 2232 de 2022 establece la eliminación gradual de 21 productos plásticos de un solo uso, comenzando con la prohibición de seis de ellos desde el 7 de julio. Estos son las bolsas plásticas en los puntos de pago de tiendas y supermercados; bolsas para embalar periódicos, revistas, publicidad y facturas, soportes plásticos para copitos de algodón; mezcladores y pitillos o pajillas; soportes plásticos para bombas de inflar; y rollos de bolsas vacías para embalar paquetes o llevar alimentos a granel.
“Son una amenaza significativa”
Para Ana Isabel Vásquez, ingeniera ambiental de la Corhuila, coordinadora general Neiva y coordinadora institucional del Nodo Huila de la Red Nacional de Jóvenes de Ambiente, es importante reducir el consumo de los productos plásticos de un solo uso, “por muchas razones, pero yo creo que entre las más importantes en este caso estarían el impacto ambiental que estos generan, pues estos plásticos representan una gran parte de la contaminación en nuestros océanos y ecosistemas terrestres”, asegura.
Como lo señala Vásquez, los plásticos de un solo uso representan una amenaza significativa para los océanos. Se estima que cada año millones de toneladas de plástico terminan en los mares, formando grandes acumulaciones de basura flotante. Una de las más conocidas es la Gran Mancha de Basura del Pacífico, una vasta área del océano cubierta de desechos plásticos.
La fauna marina es gravemente afectada por la contaminación plástica. Tortugas, aves marinas, peces y mamíferos marinos a menudo confunden los plásticos con alimento. La ingestión de estos materiales puede causar obstrucciones intestinales, desnutrición y muerte. Además, los animales pueden quedar atrapados en residuos plásticos, lo que lleva a lesiones o ahogamiento.
“Ellos no se biodegradan y pueden tardar cientos de años en descomponerse y a su vez generan microplásticos que contaminan el agua, el suelo y afectan la salud humana”, agrega la joven ambientalista. Con el tiempo, los plásticos se fragmentan en piezas más pequeñas conocidas como microplásticos, que son menos de 5 mm de diámetro. Estos microplásticos pueden ser ingeridos por una amplia gama de organismos marinos, entrando así en la cadena alimentaria y, potencialmente, llegando hasta los seres humanos.
A medida que los plásticos se descomponen lentamente, pueden liberar aditivos químicos, algunos de los cuales son peligrosos para el medio ambiente y la salud humana. Estos químicos pueden contaminar las fuentes de agua subterránea y afectar negativamente a la fauna y la flora locales.
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Aunque los plásticos tardan mucho en descomponerse, cuando finalmente lo hacen, pueden liberar gases como el metano y el etileno, que son potentes gases de efecto invernadero. “La eliminación de los plásticos de un solo uso genera un desafío demandante y significativo ya que muchos no son reciclables y los que lo son no se reciclan adecuadamente, haciendo que los rellenos sanitarios se vean saturados y disminuyan su capacidad, por lo que se hace necesario construir más rellenos sanitarios para poder con todos estos residuos”, señala Ana Isabel.
Las sanciones
La norma estipula para quienes sigan comercializando estos plásticos, sanciones de 100 hasta 50 mil salarios mínimos legales mensuales vigentes, es decir entre los 130 y los 66 mil millones de pesos. Además, los establecimientos comerciales que incurran en estas violaciones podrán enfrentar la clausura temporal del establecimiento por máximo un mes y, si son reincidentes, podrían tener la clausura definitiva del establecimiento.
Plásticos que aún no están prohibidos
A pesar de esta importante medida, aún hay un largo listado de plásticos de un solo uso que no tienen prohibición de su producción, venta y uso. Estos productos seguirán circulando hasta el año 2030, cuando se espera que todos los plásticos de un solo uso sean eliminados del mercado. Los plásticos que seguirán permitidos incluyen envases o empaques, recipientes y bolsas para contener líquidos no preenvasados, para consumo inmediato, para llevar o para entregas a domicilio, los confeti, manteles y serpentinas; envases o empaques y recipientes para contener o llevar comidas o alimentos no preenvasados conforme a la normatividad vigente, para consumo inmediato, utilizados para llevar o para entregas a domicilio; láminas para servir, empacar, envolver o separar alimentos de consumo inmediato, utilizados para llevar o para entrega a domicilio; mangos para hilo dental o porta hilos dentales de uso único; empaques, envases o cualquier recipiente empleado para la comercialización, al consumidor final, de frutas, verduras y tubérculos frescos que en su estado natural cuenten con cáscaras; hierbas aromáticas frescas, hortalizas frescas y hongos frescos; y los adhesivos, etiquetas o cualquier distintivo que se fije a los vegetales.
Además de los plásticos mencionados, hay otros elementos que quedaron exentos de la normativa debido a razones médicas y de higiene. Estos son los artículos utilizados en entornos médicos para mantener la asepsia y la higiene, así como para la conservación de productos médicos, farmacéuticos o de nutrición clínica cuando no existen alternativas disponibles; productos plásticos que ayudan a contener productos químicos peligrosos para la salud humana o el medio ambiente y requieren de plástico de un solo uso para su manipulación segura; envases utilizados para almacenar alimentos líquidos, bebidas de origen animal y productos alimenticios húmedos que necesitan plásticos desechables por razones de seguridad alimentaria; productos plásticos utilizados en establecimientos de atención médica y por personas con discapacidad; envases y embalajes designados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) para calcular el índice de precios al consumidor (IPC) o para la canasta familiar; plásticos utilizados para contener o embalar residuos peligrosos según la normativa vigente; productos fabricados con plástico reciclado al 100% proveniente de material posconsumo nacional, certificados por organismos acreditados por el Gobierno; y los pitillos adheridos a envases de hasta 3.000 mililitros (ml), con un sistema de retención para garantizar su recolección y reciclaje, siempre y cuando contengan productos de la canasta familiar, programas de alimentación escolar o productos que busquen garantizar la seguridad alimentaria.
La prohibición de estos seis plásticos de un solo uso es solo el primer paso hacia la sostenibilidad. El objetivo de la Ley 2232 de 2022 es eliminar gradualmente todos los plásticos de un solo uso hasta el 2030.
Alternativas a estos plásticos
El mercado está comenzando a ver un aumento en la demanda de productos sostenibles y reutilizables, “creo que hay alternativas sostenibles para reemplazar los plásticos de un solo uso, por ejemplo, las bolsas y envases reutilizables, de vidrio y acero inoxidable, los cubiertos y platos compostables, igualmente pajillas reutilizables, ya en Colombia existen empresas que están produciendo este tipo de alternativas”, señala Ana Isabel Vásquez. Empresas y emprendedores están innovando y creando soluciones que no solo son mejores para el medio ambiente, sino que también son prácticas y accesibles para los consumidores.
La entrada en vigor de la Ley 2232 de 2022 es quizá solo uno de los muchos pasos que como sociedad debemos dar en la reducción del impacto ambiental que genera el consumo de plástico. Es necesario que como consumidores nos concienciemos de la importancia de reducir nuestro impacto ambiental y transitemos hacia economías circulares que permitan tener hábitos de vida más sostenibles con el medio ambiente. Aunque parecen pequeñas acciones, llevar una bolsa de tela al supermercado, utilizar pitillos o pajillas, además de envases reutilizables, son acciones que permitirán que, como ciudadanos, aportemos en la reducción del impacto ambiental que generamos como sociedad.
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