Comienzo por ofrecerles a los amables lectores mis respetuosas disculpas por ocupar la columna de hoy con el fin de referirme a un asunto personal.
El propósito es manifestar mi pública respuesta a la invitación que me han hecho destacados miembros del Centro Democrático y de numerosos militantes del conservatismo afín a las tesis políticas que defiende con coraje el expresidente Uribe, para integrar la lista de Cámara por este partido.
Quienes me conocen saben que he mantenido constante militancia en el conservatismo desde hace varios lustros; las más de las veces en el activismo proselitista, otras en el ejercicio de funciones públicas en representación de la colectividad; y algunas otras; las menores; alcanzando dignidades derivadas de la democracia electoral. Así mismo, sobre el ejercicio profesional de abogado actividad que me ha permitido servir con dignidad y decoro en diversos escenarios judiciales.
En consecuencia, la primera precisión que he debido hacer a quienes me han cursado dicha invitación; consiste justamente en que por mis convicciones políticas afines con las del expresidente Uribe, desde hace varios años me defino como conservador uribista; entendiendo además que, en mi criterio, existe más uribismo que Centro Democrático. Tal como en su momento lo expresara Álvaro Gómez de su propio partido.
Acatando entonces la normatividad estatutaria del CD, opté por inscribirme como afiliado en donde ya hago parte de los 650 MIL que registra la colectividad; y además, hice la preinscripción exigida para quienes desean integrar las listas respectivas a Senado y Cámara.
En estas circunstancias me propongo participar activamente en el proceso que estatutariamente defina el partido, en el claro propósito de contribuir a que se revalide la curul que hoy ostenta, alcanzando el umbral necesario exigido por la ley electoral. Será una tarea que requiere unidad, lealtad y respeto total entre los eventuales aspirantes, no obstante que la lista será abierta y con voto preferente.
De mi parte, ofrezco mi experiencia; conocimiento profundo del Estado; claridad meridiana acerca de las funciones y responsabilidades que se asumen si se obtiene la dignidad congresional; y el irrevocable compromiso de aportarle al país y a mi Huila mis mejores esfuerzos para contribuir al desarrollo sostenible; a la seguridad ciudadana; a la equidad social y al anhelo de la paz con justicia, verdad real, reparación y apoyo a las víctimas. Desde luego, la transparencia indispensable para combatir la politiquería que nos ha conducido a la aberrante corrupción.
Este debate electoral que ya comienza permite presumir que estará signado por la ardua confrontación partidista. Los efectos devastadores de la pandemia en sus diversos aspectos emocionales, sociales, económicos, culturales y políticos; dibujan un escenario impredecible. El evidente desgaste de los partidos; de sus actuales congresistas; y de quienes, amparados en las prebendas y simpatías del gobierno; probablemente afrontarán serias dificultades para obtener el apoyo popular.
En este contexto de las crudas realidades sociales y políticas los colombianos y huilenses tendrán la oportunidad de consolidar la aspiración tan legítima como esquiva, de elegir a sus mejores voceros sin esperar prebendas y promesas tantas veces incumplidas.
Por último, debo precisar con honestidad y franqueza, a quienes han confiado en mi nombre y ante los eventuales electores; cuáles son las motivaciones personales que me animan a aceptar tan obligante invitación.
Como primera prioridad; contribuir a la defensa de la democracia y la libertad amenazadas por sectores ideológicos de la extrema izquierda, en esta difícil coyuntura que vivimos los colombianos. También me anima el deseo de participar en la urgente tarea de recuperar los valores y principios que nos permitan devolverle credibilidad a la noble actividad política, donde la ausencia de honradez y la voracidad insaciable por el poder y el dinero, la han convertido en una feria de intereses personales y de grupo.
Desde luego también me preocupa la falta de liderazgo regional que nos ha colocado a los huilenses en los últimos lugares del desarrollo nacional. Este próximo debate electoral será crucial para definir la suerte inmediata del país y de nuestra región, razón por la cual no podemos ser indiferentes a pesar de tantas frustraciones.