Ernesto Cardoso Camacho
Llegamos a la recta final de la primera vuelta presidencial y todo indica, por la percepción de las sensaciones captadas en las recientes encuestas, que habrá segunda vuelta en junio, hecho que permite presumir que la caja de cambios del Pacto Petrista ha quedado en neutro y no en primera.
La credibilidad de las firmas encuestadoras se pone a prueba una vez más. En el pasado reciente, es decir en marzo/22 y en las presidenciales de 2018, son el referente más cercano que permite realizar una valoración objetiva de su capacidad de acertar, dentro del rango técnico de error, sus predicciones estadísticas.
Para dicha valoración es indispensable partir de una premisa según la cual, las encuestas electorales son una fotografía del momento donde se perciben las sensaciones y sentimientos que inclinan las preferencias ciudadanas sobre los candidatos. En esta ocasión, es necesario reconocer que las circunstancias económicas, sociales, culturales y políticas no son las mismas de hace cuatro años. Las dolorosas consecuencias derivadas de la pandemia; la creciente polarización ideológica que la campaña petrista le ha dado a la campaña electoral entre izquierda y derecha; así como su claro propósito de derrotar al uribismo al que asimila como el establecimiento político que hay que cambiar; constituyen las principales motivaciones con las cuales busca obtener la presidencia.
No obstante, las candidaturas de Fajardo y de Rodolfo Hernández han entrado a competir en ese propósito, aunque no compartan sus mismos rasgos ideológicos. Por otra parte, la candidatura de Fico Gutiérrez que sin duda obtuvo su nominación en franca lid al competir en la coalición del Equipo por Colombia, ha logrado posicionarse como el competidor más serio de Petro, consiguiendo el mayor crecimiento en la intención de voto en los dos meses de su campaña.
Con este escenario hemos llegado a la recta final. El CNC y la firma INVAMER GALLUP, acaban de publicar sus últimos resultados obtenidos en los respectivos trabajos de campo entre el 12 y 17 de mayo. Analizados sus resultados podemos observar varios aspectos que permiten algunas conclusiones.
La del CNC, contratada por la revista Semana, es decir por el grupo Guillisky que viene en fuerte puja con el sindicato antioqueño; ha revelado que Petro y Fico obtendrían su paso a la segunda vuelta, aunque Rodolfo Hernández muestra un crecimiento significativo que aparentemente amenaza la opción de Fico. Petro obtiene 35.8 con leve descenso; Fico 20.8 y Hernández 19.1, creciendo en esta medición cerca de 12.5; mientras que Fajardo desciende al 4.0 y los demás escasamente suman entre todos un 2.0. El voto en blanco registra 5.7 y los indecisos 9.9.
A su vez, la de Invamer revela estas cifras. Petro 40.6 con leve descenso; Fico 27.1 subiendo un punto y Hernández 20.9, creciendo 7 puntos. Esta medición confirma el descenso vertiginoso de Fajardo al 5.1 y los demás escasamente suman 1.7. La información tomada de diario El Tiempo no revela cifras del voto en blanco ni de los indecisos, razón por la cual se presume que estos dos factores sumarían 5 puntos.
Ahora bien. Entre las dos firmas encuestadoras se observan algunas diferencias en su metodología y cobertura, lo que explica parcialmente sus resultados que, sin ser sustanciales, conviene tenerlos en cuenta para un análisis con rigor objetivo.
Lo que parecen reflejar tales resultados, en el entendido que sus muestras se tomaron en un tiempo similar, entre el 12 y 18 de mayo; es que el crecimiento de Hernández podría explicarse por dos razones. La primera, por su discurso tan fuerte y sistemático contra la corrupción; y la segunda, que esta estrategia está conectada con un amplio sentimiento ciudadano y que además la acentuó al conocerse la decisión de la Corte Constitucional sobre la aberrante modificación de la Ley de Garantías que impulso el gobierno Duque y aprobó el congreso. De esta manera, sus estrategas le apuestan a apropiarse del discurso anticorrupción, el cual sin duda alguna es atractivo, pero es evidente que el candidato no tiene claridad sobre las soluciones económicas y sociales que reclama la población. Además al parecer, el descenso vertiginoso de Fajardo ha favorecido su tendencia de crecimiento.
Vendrá seguramente, antes del domingo próximo, una nueva y quizá última encuesta de la firma GUARUMO-ECOANALÍTICA, donde observaremos cifras diferentes. Lo que es indudable es que la incertidumbre se acentúa y vendrá la reflexión serena de los ciudadanos que optarán por votar de acuerdo a sus convicciones y pensando en el futuro que nos espera. En estas circunstancias, la pregunta es pertinente. ¿Acertarán las encuestadoras?