Algunas acciones que contribuyen con la disminución del maltrato de perros y gatos es la concientización frente a su cuidado y protección, la adopción en hogares que garanticen su bienestar y, por supuesto, la esterilización. Diario del Huila conoció más sobre cómo desde la comunidad neivana se trabaja en pro del bienestar animal.
DIARIO DEL HUILA, ESPECIALES
Por: Angélica Andrade
A través del Artículo 119 de la Ley 1801 de 2016, el gobierno nacional decreta que “En todos los distritos o municipios se deberá establecer, de acuerdo con la capacidad financiera de las entidades, un lugar seguro, centro de bienestar animal, albergues municipales para fauna, hogar de paso público, u otro a donde se llevarán los animales domésticos perdidos, abandonados, rescatados, vulnerables, en riesgo o aprehendidos por la policía” y, que si luego de treinta días calendarios el animal no ha sido reclamado por su propietario o cuidador, será declarado en estado de abandono procediendo a incitar la adopción.
No obstante, pese a los intentos gubernamentales en el municipio de Neiva para ejecutar estrategias orientadas al cumplimento del mencionado mandato, los planes de acción aún son incipientes y es esta la principal razón por la que organizaciones creadas por animalistas se han dedicado a tratar de mitigar el impacto que genera el abandono y maltrato, sobre todo, de animales domésticos.
Una de estas instituciones es Adoptamor, la fundación oficialmente aperturada desde el año 2011, gracias al aprecio y compromiso de la animalista Claudia Guzmán Ochoa, su representante legal, quien concibe el maltrato animal como la falta total de suplir las necesidades básicas de un perro, un gato o cualquier otro mamífero.
“Pese a que en Adoptamor trabajamos especialmente con perros y gatos, todos los animales deben contar con bienestar y lo mínimo que se les debe suministrar es la comida, el agua, un sitio que los proteja del sol y de la lluvia, procurando garantizar que el sitio donde vivan tenga buena aireación y el área sea apropiada para el tamaño de la mascota. En el caso de estos, también hay que bañarlos, vacunarlos, cuidarlos y educarlos, la gente que adopta debe cumplir con el tiempo disponible para ellos, para poder educarlos y así evitar el maltrato”, manifestó Claudia Guzmán.
Principales formas de maltrato:
Para el caso de los perros y gatos, Guzmán aclaró que las principales formas de maltrato directo (relacionado a hacerle daño físico a la mascota) identificadas en el departamento del Huila son abandono, agresión y reproducción con fines económicos, e indirectos (que se refieren a las ocasiones en las que los responsables del animal no garantizan sus cuidados o las necesidades básicas), entre las que se encuentran la falta de alimentación, hidratación, vacunación o esterilización y el encierro o manutención en un área que no ofrece las condiciones adecuadas.
“Es muy frecuente encontrar gente que no tiene tiempo para educar a las mascotas y lo que hace es pegarles cuando hacen algo que no debían hacer o personas definitivamente odian tener cercanía con los animales y parece que disfrutan maltratarlos y es ahí donde la comunidad debe denunciar el maltrato animal porque es imposible que la policía esté en todas partes para darse cuenta de lo que está sucediendo y si estos casos no se conocen pues no se puede hacer nada”, enfatizó la animalista.
Es ahí donde cabe mencionar que en Colombia existen instrucciones reglamentarias, contenidas en la Ley 1774 de 2016 que instaura las sanciones por maltrato animal, indicando que, “Los animales son seres que sienten, no son cosas y recibirán especial protección contra el sufrimiento y el dolor, en especial, el causado directa o indirectamente por los humanos”. En este sentido, la policía ambiental de la ciudad de Neiva cuenta con el número WhatsApp 3102068944, medio al que la población puede denunciar posibles casos, facilitando la información relacionada con dirección y evidencias.
“Para mí, cualquier tipo de maltrato animal es muy grave, es lo mismo que agredir a un niño o, mejor dicho, a un humano y por eso decidí crear Adoptamor, que nace por una condición de abandono de los animales y que la comunidad a veces es indiferente frente a estos temas. Empecé a rescatar perros y gatos con el apoyo de personas que tienen conciencia de cuidarlos, pues los animalitos a veces andan enfermos por la calle hasta que se morían ante la apatía”, mencionó Guzmán.
De igual manera, la representante de la fundación agregó que, en todo el proceso de rescate, han hallado perros y gatos en estado grave por accidentes, fracturas, enfermedades avanzadas en la piel, moquillo o desnutrición y que lo más complejo es poder rescatar a todos los que reportan o encuentran en la calle, debido a temas presupuestales y logísticos por lo que hace un llamado a que la comunidad adopte o done recursos relacionados con concentrado, medicamentos o elementos de aseo que son los más requeridos.
Las barreras
En cuanto a los inconvenientes que tienen los procesos de adopción, estrategia fundamental para contrarrestar el maltrato animal, están los vinculados a las exigencias de los buscadores interesados, quienes prefieren en más de un 80 % cachorros de tamaño pequeño, “si vemos por la calle, la mayoría de los perros son adultos de tamaño mediano a grande, entonces va pasando el tiempo y nadie los adopta. Tenemos animalitos que han pasado con nosotros entre 7 y 9 años sin que los adopten porque la gente no quiere ´perros viejitos´ y son esos son los que quedan en la fundación para nosotros brindarle calidad de vida, alimentos, agua, amor y los medicamentos que van requiriendo”, aclaró Guzmán.
Es así, como la fundación ha tenido que variar en las formas de mantener a los animales, sobre todo después de pandemia, época que dificulta la recepción de donaciones con las que se solían solventar el pago de cuidadores, arriendo del refugio y alimentación de los perros y gatos.
“En este momento pasamos una situación crítica porque no tenemos refugio para los animalitos. En algunas veterinarias nos brindan el hogar de paso para los perritos que están enfermos, sin embargo, en este momento tenemos aproximadamente 40 perros adultos que ya nadie adopta por la edad, a todos estos los trasladamos a una finca campestre en Ibagué en donde la alimentación es gracias a las donaciones que esperamos aumenten”, indicó la rescatista.
Es pertinente relacionar que, desde el 2011, Adoptamor ha rescatado a más de 6 mil perros y gatos de todas las edades y, debido a temas económicos, en la actualidad los animales acogidos son llevados a hogares de paso que brindan amigos y conocidos de Guzmán, mientras se encuentra una familia que les garantice bienestar, por lo que añadió, “En el municipio de Pitalito se han dado los casos más graves de maltrato animal durante los últimos dos meses. Definitivamente nos falta mucha concientización sobre el tema de maltrato animal”.
¿De dónde surge la idea de crear una fundación?
Con voz melancólica, Claudia Guzmán compartió la anécdota que dio los pinitos para avanzar en la consolidación de la idea de rescatar animales, recordando que en el año 2005 encontró en la vía a un perro herido, “Eso sucedió en la carrera 16, entre lo que es ahora San Juan y San Pedro Plaza, también estuve a punto de arrollar al perrito y cuando eso ocurrió mi instinto fue colocar la moto atravesada para que no viniera otro vehículo a atropellarnos. Al levantar el perrito para llevarlo al andén, él me hizo una mirara como que ´no me abandone´, me lamió los pies y yo no fui capaz de dejarlo, lo llevé al veterinario, en donde me dijeron que estaba con fractura e imaginábamos el dolor que él sentía y solo miraba con ojos de ´no me abandone´, le hicimos tratamiento, volvió a caminar, lo llevé a mi casa donde ya teníamos mascotas y así se me iban apareciendo más perritos que llegaban a mi vida para que los ayudara”.
Además, Guzmán planteó la importancia de inculcar en los niños el cuidado hacia los animales y el medio ambiente, aludiendo que en su familia siempre han inculcado el respeto, amor a estos seres indefensos, “Empecé a ver con más amor a los animalitos y nace mi idea de trabajar con ellos, duré casi cuatro años con la labor hasta que la Asociación Protectora de Animales me contactó para decirme que creara la fundación porque era la opción para visibilizar el trabajo, hacer notar la necesidad y así lograr que la gente se concientizara más a ayudar, así fue que nació Adoptamor”, puntualizó.
En lo que respecta a las acciones que se pueden adelantar para disminuir los casos de abandono, está la esterilización porque según Guzmán, “Así se disminuye la cantidad de perros y gatos”, sumado a esto, hace una la invitación para que la comunidad apoye la adopción y done recursos para continuar alegrando la vida y los corazones de los amigos de cuatro patitas.
La adopción:
Francy Rubio Sánchez, es una emprendedora independiente que desde corta edad ha apreciado a los animales, brindándoles lo que se denomina “la milla extra” de cariño y fácilmente puede añadir decenas de anécdotas alrededor de las vivencias gratificantes alrededor de los perros y los gatos. Es ella, una de las fieles contribuyentes a la causa de Adoptamor, siendo algunas de sus actuales obras la adopción de dos cachorritas hermanas.
“Hace aproximadamente un mes adopté una cachorrita y le estoy dando hogar de paso a la otra mientras consigue una familia que la adopte y así, con amor y cuidado, sobrellevar un poco la carga que tiene la fundación. Veo la labor que hace Adoptamor y he estado en contacto con Claudia y otras animalistas para colaborar en lo que esté a mi alcance. Tengo tres perras más y seis gatos que he rescatado, me encariño y me quedo con ellos”, manifestó enérgicamente la emprendedora Francy.
Entre los motivos que mueven a Rubio Sánchez a adoptar está su compromiso por ayudar a “suavizar el maltrato que hay, ese abandono y esa indiferencia porque con tanto perrito o callejerito que hay por ahí, cualquier persona puede salir tipo 7 o 8 de la noche a cualquier avenida principal de Neiva y recoger un animalito, en todos los casos ellos agradecen profundamente convirtiéndose en amigo incondicional y sobre todo que es importante salvar vidas porque ellos también sienten y sufren”.
Sumado a lo anterior, comentó que ha tenido perros grandes y de carácter brioso a los que ha encontrado en la calle y solo con caricias quedan altamente encariñados, “consiento a esos perritos en mal estado y los veterinarios me dicen ´usted sí que friega con esos animales, mire ese perro todo chandoso, esa gata toda llena de sarna, usted se va a enfermar´”, a lo que responde que todos se enferman y por qué no haciendo una buena labor.
“Adoptar es la mejor opción porque se evita el maltrato animal, ese cuento de que yo hago parir una vez o dos para que no le pase nada a la perrita y le sacan cría para vender, eso no es trabajo, eso no es emprendimiento, es maltrato eso de estar únicamente sacándole cría a las perritas de raza porque para tener un perro bonito no es necesario que sea de raza, son los cuidados, la alimentación, el cariño, educarlos, son como un niño, hay que enseñarles. He tenido inconvenientes con las dos últimas cachorritas porque me han dañado matas y hacen travesuras, pero todo es cuestión de educarlas, así como se educa a un niño, si uno enseña a los animales a ser agresivos y/o es permisivo, pues ellos también van a hacer estragos hasta que sean grandes. A los animales hay que quererlos, cuidarlos y brindarles amor. Los animales son como los crían, no estoy de acuerdo con eso que dicen de ´razas peligrosas´, el peligroso es el hombre que no sabe tener un animal”.
Tommy: un caso de amor
Alegre, vibrante y cariñoso, así es el cachorro Tommy, un canino de veintiséis meses de edad al que Bryan Quimbaya, su actual propietario, decidió adoptar tras la conversación con la responsable de un refugio, quien sugirió a Zeus (antiguo nombre del perro) como la mascota que necesitaba con urgencia ser recibida en un hogar que le brindara afecto y protección.
“Me dijo que el perro estaba en una casa de paso donde ya no lo querían tener. Tommy se llamaba Zeus, pero no me gustaba porque es un nombre muy serio, en cambio Tommy es más adecuado para un ser perruno juguetón”, recuerda Bryan.
A esto, Bryan agregó que un amigo le referenció el voluntariado en el refugio donde plantearon que los animales son de mucha ayuda, “Quería adoptar un gato porque es el animal que siempre he tenido, pero tras el proceso con el refugio, cumplí los requisitos para adoptar a Tommy y fui por él hasta un lugar de difícil acceso. Así llegó a mi vida, por cierto, estaba muy enfermo e invertí bastante dinero en clínica veterinaria y medicamentos porque quería verlo bien y tener un perro sano y feliz. Al principio fue difícil porque al ser tan cachorrito, su aprendizaje fue muy duro, dañó mis matas, los juguetes, rompía su cama, se orinaba a veces en la cama, pero el amor era más fuerte y el reto era mío al educarlo bien y tenerle paciencia”.
Para finalizar, Bryan expresa que Tommy ha sido de sus mejores elecciones y que no importa la proveniencia del animalito, lo indispensable es tener la capacidad emocional para brindarle el cariño y bienestar que todos los seres vivos requieren, “Tommy es un perro juicioso, no daña nada, es limpio y muy cariñoso. Cuando lo saco a la calle, quiere saludar a todas las personas y jugar con todos los perros. Lo importante de adoptar es ayudar a un ser vivo a tener un hogar, comida y amor. Los animales son muy agradecidos y comparten amor verdadero. Uno está allí para abogar por esos seres vivos que no tiene voz y qué mejor que adoptar a un criollito”, concluyó Quimbaya.