Gloria Camargo
La reforma laboral que propuso el Gobierno colombiano ante el Congreso ha causado polémica por el impacto que podría tener en el empleo formal del país. Según un informe del Grupo de Análisis del Mercado Laboral del Banco de la República, si se aprueba esta reforma, las empresas se verán obligadas a despedir a más de 450.000 de sus empleados formales en un escenario de entre 3 y 4 años.
El informe destaca que los costos laborales aumentarían significativamente, lo que llevaría a las empresas a recortar su plantilla de trabajadores formales. Además, el rango de recortes podría ser de entre 152.000 a 746.000 empleados, lo que equivale a una reducción de 2,1 puntos porcentuales de la tasa de formalidad en el país.
El incremento en el costo laboral promedio se daría tanto en el componente salarial como en las indemnizaciones en caso de despidos injustificados. El informe establece que el aumento en el costo laboral promedio oscilaría entre 3,2% en un escenario de bajo impacto y 10,7% en uno de alto impacto. Además, se espera un aumento del valor promedio de las indemnizaciones en un 92%.
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El proyecto de ley también incluye cambios en la contratación por prestación de servicios, la indemnización por despido, la remuneración de aprendices, la indexación de salarios hasta de dos salarios mínimos a la inflación, la seguridad social en las plataformas digitales y la eliminación de los contratos sindicales. No obstante, algunos de estos artículos no se pudieron cuantificar en términos de impacto en los costos laborales.
Es importante mencionar que la reforma laboral también reforma la jornada laboral, lo que se traduce en un aumento en los costos laborales para las empresas. Se establece que el trabajo nocturno comenzaría a las 6 a.m. en lugar de las 9 p.m. como ocurre actualmente, y se busca tener un recargo dominical del 100% en vez del 75% actual.
En resumen, la reforma laboral propuesta por el Gobierno colombiano ha generado controversia y preocupación entre los trabajadores y empresarios del país, ya que se espera que tenga un impacto significativo en el empleo formal. Si bien la reforma podría tener algunos beneficios para los empleados incumbentes, como una mayor estabilidad laboral o mejoras en el acceso al sistema de protección social, es necesario considerar cuidadosamente sus posibles consecuencias en el mercado laboral y la economía en general.
