La sociedad colombiana está atravesando un momento crítico por la deficiencia en el suministro de agua potable a la población. Actualmente existen 354 municipios en el país que se encuentran sin abastecimiento normal de este vital líquido, de acuerdo con lo expresado por la ministra del Medio ambiente, Susana Muhamad González, producto del fenómeno del Niño que ha venido afectando a todo el mundo y que en Colombia por su posición territorial estratégica dentro del contexto terráqueo, se han intensificado sus efectos nefastos contra el bienestar de las familias colombianas y al sector productivo. Esta situación nos obliga a todos sin excepción a asumir comportamientos saludables para ahorrar agua. Somos responsables y coparticipes del accionar gubernamental para contrarrestar la falta de agua. Cada instante donde tengamos que utilizarla para nuestras practicas domésticas, debe ir impregnada en nuestras mentes, que debemos disminuir las cantidades de este líquido para la satisfacción de nuestras necesidades. No podemos ser irracionales. Estamos viviendo momentos críticos, que pueden volverse más difíciles por efectos naturales o por factores antrópicos. Está de por medio la supervivencia humana.
Recordemos que el ser humano tiene el 75% de su cuerpo, conformado por agua y solo puede vivir sin ella, en un periodo aproximado de tres días. No es un juego. No tiene sesgos ideológicos, ni creencias que contrarresten nuestros comportamientos. Es en serio que debemos ahorrarla. Durante semana santa los neivanos tuvimos que vivir este viacrucis por una palizada que bajó por el rio las Ceibas de las montañas, que generó daños en las bocatomas del acueducto dejando a la ciudad sin el suministro de este vital líquido. Vivimos una verdadera emergencia. Cuando se presentan altas precipitaciones, la ciudad queda sin agua. Y cuando ocurren intensas sequías, también padecemos esta problemática. Cuando atravesamos los puentes sobre las Ceibas que hay en la ciudad de Neiva, presenciamos con tristeza un pequeño riachuelo, lo cual refleja lo comentado anteriormente.
Igualmente, la situación energética es muy crítica. La generación de energía proviene de los embalses. La intensa sequía también está provocando una disminución de sus niveles bastante preocupantes. De acuerdo con las autoridades ambientales, esta reducción es histórica. Desde hace cuatro décadas no se presentaba este fenómeno. Lo anterior está amenazando seriamente la prestación normal de este servicio a las familias colombianas. Si continúan estas divulgadas nos podemos ver sujeto a un racionamiento severo de energía como la que se presentó hace 32 años. Esta triste realidad. Por tal motivo, es indispensable que desde nuestros hogares asumamos comportamientos saludables para frenar el uso de este recurso, inclusive para bajar el consumo y a su vez reducir los costos mensuales que vienen en los recibos de la luz. Debemos internalizar entre los integrantes de nuestras familias para fortalecer la cultura del ahorro de la luz y agua.
