El nuevo proyecto de reforma tributaria del Gobierno de Gustavo Petro plantea un significativo ajuste al impuesto al carbono, con el objetivo de reducir el uso de combustibles fósiles. Este cambio, que incrementará el costo de la gasolina y el diésel en más de 2,5 veces, promete tener un impacto directo en el bolsillo de los consumidores y en diversos sectores de la economía.
DIARIO DEL HUILA, ACTUALIDAD
El nuevo proyecto de reforma tributaria del gobierno de Gustavo Petro tiene como objetivo recaudar cerca de $12 billones, y uno de los puntos clave es el ajuste al impuesto al carbono, que busca desincentivar el consumo de combustibles fósiles. Este impuesto se calculará con base en el factor de emisión de gases de efecto invernadero (GEI) para cada tipo de combustible.
En particular, el artículo 21 de la propuesta establece que «el impuesto nacional al carbono tendrá una tarifa específica considerando el factor de emisión de gases de efecto invernadero para cada combustible». Esta tarifa se expresará en unidades de peso de dióxido de carbono equivalente (CO2eq) por unidad energética, lo que resultará en una tarifa de 1,59 UVT por tonelada de CO2eq.
La Confederación de Distribuidores Minoristas de Combustibles y Energéticos (Comce) ha analizado el impacto de esta medida, concluyendo que el nuevo impuesto implicará un aumento de $425,29 por galón de gasolina y de $488,17 por galón de diésel. Estos aumentos, que representan incrementos de 2,5 y 2,6 veces, respectivamente, consideran la mezcla de alcohol y diésel en un 10%.
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El informe de Comce también advierte que el precio promedio del galón de gasolina podría subir de $15.881,48 a $16.306,77, mientras que el diésel aumentaría de $9.711,24 a $10.199,41. Sin embargo, el aumento podría ser mayor, ya que la normativa establece que el impuesto subirá un 1% por encima de la UVT, lo que podría llevar el precio de la gasolina a $951,17 y el del diésel a $1.089,18. Dado que la UVT actual es de $47.065, estos incrementos serían significativos, con un impacto considerable en los costos para los consumidores.
Expertos del sector energético han expresado su preocupación por los efectos de estas medidas en la economía doméstica y empresarial. Entre las principales áreas de impacto se destacan:
1. Costo de vida: El aumento en los precios de los combustibles podría provocar un incremento generalizado en los precios de bienes y servicios, ya que el transporte es fundamental en la cadena de suministro.
2. Política energética y ambiental: Aunque el impuesto busca reducir el uso de combustibles fósiles, la transición hacia energías más limpias podría enfrentar dificultades por los altos costos de infraestructura y accesibilidad.
3. Competitividad industrial: Las empresas que dependen de combustibles fósiles podrían verse obligadas a ajustar sus precios o buscar alternativas sostenibles, lo cual sería un proceso costoso y prolongado.
Por otro lado, el precio del diésel también ha sido tema de discusión tras el paro camionero. A partir del 7 de septiembre, el precio del galón de Acpm quedó en $9.856, después de que, entre el 31 de agosto y el 6 de septiembre, alcanzara los $11.360. Esto representa un incremento neto de $400 frente al valor previo.
Asimismo, se anunció que el próximo ajuste será de $400 por galón y entrará en vigencia el 1 de diciembre de 2024. En total, el precio del Acpm habrá aumentado $800 para finales de 2024, según el acuerdo entre el gobierno y las bases del transporte.
Finalmente, el precio promedio de referencia para la gasolina, según la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), fue de $15.985 a partir del 3 de agosto de 2024.
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