¿Qué está pasando con nuestra sociedad?
Por: Faiver Eduardo Hoyos
Parece que en Colombia es más fácil acabar con la polarización política por la que atraviesa actualmente el país, que lograr que los colombianos logren resolver una confrontación a través de la concertación y el dialogo.
La intolerancia actualmente se encuentra desbordada y es un tema que preocupa, ya que se ha convertido en una de las causas más comunes de homicidio en el país, con cifras alarmantes en donde según datos de la Policía Nacional en lo que va corrido del 2023, se han presentado más de 200 homicidios producto de un momento de una ira mal controlada, ocasionando un aumento del 10% de muertes por intolerancia en comparación con el año pasado.
Se ha vuelto costumbre ver en los diferentes medios de comunicación noticias que resaltan por su nivel de intolerancia. Una muy conocida ante la opinión pública y el mundo deportivo, fue la agresión que recibió el jugador Daniel Cataño, por parte de un desadaptado que se disfraza de “hincha” del Deportes Tolima, y cuyo nombre no merece la pena ni siquiera mencionar.
También el caso que ocurrió esta semana en Chircales al sur de Bogotá, en donde un hecho de intolerancia en una cancha de tejo, provocó la muerte de madre e hijo por un grupo de personas enfurecidas y sin control, que actuaron al peor estilo de animales salvajes detrás de su inocente presa.
O para no irnos tan lejos, lo acontecido días atrás en nuestro departamento, en donde un menor de edad termino perdiendo la vida en medio de una riña ocurrida el parque de La Ulloa – Huila, demuestra la falta de cultura ciudadana y los altos niveles de intolerancia en los que nos encontramos sumergidos.
La invitación desde este espacio es a que seamos más tolerantes, debemos aprender a resolver nuestros conflictos de manera pacífica, poniendo en práctica el dialogo y la concertación como el mecanismo definitivo para la solución de conflictos. Mientras no aprendamos a convivir con las diferencias de los demás, jamás podremos pensar en ser un país tolerante, por eso la importancia de fortalecer la cultura y la educación. Un país culto y educado, es un país más tolerante.