La bondad es una virtud humana que refleja la compasión que se siente por otros seres vivos (otros humanos, las plantas, los animales) motivando actuar en beneficio de ellos y sin ningún tipo de interés personal.
La bondad promueve actuar por los demás, compadecerse de lo que sucede con los seres vivos y actuar en consonancia. Esta impide hacer el mal, e impide también justificarlo.
Matar, secuestrar, extorsionar, alentar y apoyar esas conductas, apoyarlas o justificarlas…no es bondadoso.
Y si no hay bondad entre nosotros, menos, lastimosamente la hay con nuestro entorno natural. Precisamente sobre esta virtud, ha dado mucho que hablar en varios países, incluido el nuestro, el libro The little book de kindess que procura demostrar que un acto humano de bondad al día puede cambiar las vidas de las personas. Bernadette Russell, la autora del libro, no solo describe su experiencia cuando se propone hacer un acto de bondad diario. Dice que no importa si es pequeño o grande, y describe también cómo empieza a notar que su vida es mejor y su espíritu se reconforta mejor para la cotidianidad.
Russell también se refiere a la bondad con la madre naturaleza. Y no solo en lo contemplativo, sino más que eso, en adelantar a diario acciones de bondad, de mejora o contribución con el medio ambiente. Nos recuerda mucho las expresiones del Papa Francisco no solo cuando se refiere a la necesidad de estimular la bondad en todos nuestros comportamientos, sino en la atención por los problemas del entorno natural que terminan dañando y causando mal a todos los seres vivos sin distingo.
Russell menciona algunas acciones diarias que pueden ser expresión de la bondad, como comprar y consumir menos (lo cual disminuye la presión sobre los recursos naturales). Pero deja abierta la posibilidad de contribuir con muchas otras acciones bondadosas a mejorar nuestro entorno natural: protegiendo los animales, sembrando árboles, rescatando el espacio público, racionalizando el uso del agua, protegiendo las áreas de recarga hídrica, respetando las áreas de protección ecosistémica, creando más áreas naturales de la sociedad civil, disminuyendo las emisiones, entre muchas otras.
Son muchos los actos bondadosos con la naturaleza que podríamos describir. Y lo mejor es que estos actos no solo favorecen lo que nos rodea sino a la humanidad misma, pues mejorar la naturaleza es mejorar la calidad de vida y salud de todos los seres humanos, sin distingos y sin las polarizaciones de quienes no son bondadosos.
Debemos entender, que los actos de bondad transforman el mundo. No congeniemos con los delitos y las contravenciones. Transformemos nuestro entorno natural, el social, el económico. Transformemos la vida, seamos bondadosos sinceros.