El gerente general de Fenalce, Henry Vanegas, envió una carta a la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica, advirtiendo que el área sembrada de maíz tecnificado ha disminuido de 63,864 hectáreas a 48,567 hectáreas en el primer semestre de 2024.
DIARIO DEL HUILA, PANORAMA
Las cosechas de maíz y soya en Colombia se aproximan, iniciando en julio y agosto respectivamente, y extendiéndose hasta septiembre. Sin embargo, el nuevo desafío para los cultivadores será la comercialización de estos productos.
La Federación Nacional de Cultivadores de Cereales, Leguminosas y Soya (Fenalce), a través de una carta enviada por su gerente general, Henry Vanegas Angarita, a la ministra de Agricultura y Desarrollo Rural, Jhenifer Mojica Flórez, hizo un llamado al Gobierno nacional para generar apoyos que fortalezcan e incentiven la producción y comercialización de maíz y soya en el país, equilibrando así las condiciones de competitividad frente a las importaciones.
En la carta, Fenalce resaltó que, aunque el presidente Gustavo Petro ha manifestado su voluntad de fortalecer las siembras de maíz y lograr soberanía alimentaria, es crucial que el Gobierno nacional preste mayor atención a la notable disminución en las áreas de siembra tanto de maíz como de soya en el país.
Reducción en las áreas sembradas
Según cálculos de Fenalce, en el primer semestre de 2024 hubo una reducción en las áreas sembradas de la siguiente manera:
– Un 24% en maíz amarillo tecnificado, pasando de 63,864 hectáreas a 48,567 hectáreas.
– Un 34% en maíz blanco tecnificado, pasando de 42,871 hectáreas a 28,422 hectáreas.
– Un 14% en soya, en comparación con el mismo periodo de 2023, pasando de 75,000 hectáreas a 64,395 hectáreas.
«Los cultivos de maíz y de soya generan un importante número de empleos. Sin embargo, la disminución de la siembra afecta las oportunidades de ingresos de las familias que dependen de estos cultivos. En el primer semestre de este año, el cultivo de maíz generó 144,123 empleos y el cultivo de soya, 51,516 empleos, los cuales decrecieron en 35% y 14%, con respecto al primer semestre de 2023», indicó Fenalce.
Cobertura de precios
Vanegas enfatizó la necesidad de contar con instrumentos de manejo del riesgo y espacios en la agroindustria local para la comercialización de las cosechas, por lo que hizo un llamado al Gobierno para implementar varios instrumentos como la cobertura de precios.
En este sentido, Vanegas dejó claro que «los cultivadores nacionales se vieron perjudicados por la disminución en los precios internacionales, que cayeron alrededor del 20% entre junio de 2023 y junio de 2024, lo que afecta los precios de comercialización en el mercado interno, a lo que se suman los altos costos del crédito, de los combustibles y la situación climática adversa».
Necesidades para las cosechas del segundo semestre
Fenalce advirtió que, para las cosechas de maíz del segundo semestre del año, será necesario actuar a tiempo para que los pequeños cultivadores de Córdoba, Tolima, Meta y el sur del Cesar puedan acceder a infraestructura de secado y almacenamiento.
«Para la soya, que se produce en gran medida en la altillanura colombiana y en el departamento del Valle del Cauca, será muy importante poner a disposición de los productores infraestructura de secado. Además, es fundamental la implementación de un programa de cobertura de precio y tasa de cambio para maíz y soya», insistió Fenalce.
Desafíos y perspectivas futuras
El contexto actual de la agricultura en Colombia no solo está marcado por los desafíos inmediatos de la comercialización y la reducción de áreas sembradas, sino también por una serie de factores estructurales que requieren atención urgente. Entre estos, la volatilidad del mercado internacional, el acceso limitado a tecnologías avanzadas y la falta de infraestructura adecuada para el procesamiento y almacenamiento de los productos agrícolas.
Infraestructura y tecnología
Uno de los puntos críticos señalados por Vanegas es la necesidad de mejorar la infraestructura agrícola. Esto incluye la construcción de plantas de secado y almacenamiento que permitan a los pequeños y medianos agricultores conservar mejor sus cosechas y evitar pérdidas post-cosecha. Además, la adopción de tecnologías avanzadas en el cultivo de maíz y soya podría aumentar significativamente los rendimientos y la calidad de los productos.
Acceso a financiamiento
El acceso al crédito es otro desafío significativo. Los altos costos del financiamiento agrícola limitan la capacidad de los agricultores para invertir en sus cultivos. Fenalce ha propuesto la creación de mecanismos de financiamiento más accesibles y con condiciones favorables, que permitan a los agricultores obtener los recursos necesarios sin incurrir en deudas insostenibles.
Sostenibilidad y cambio climático
La sostenibilidad ambiental es otro aspecto que no puede ser ignorado. Las prácticas agrícolas sostenibles, que incluyen el uso de variedades resistentes a la sequía y técnicas de cultivo que minimicen el impacto ambiental, son esenciales para asegurar la viabilidad a largo plazo de la agricultura en Colombia. Fenalce ha instado al Gobierno a promover políticas que incentiven la adopción de prácticas agrícolas sostenibles.
Políticas públicas y apoyo gubernamental
La carta de Fenalce subraya la necesidad de un apoyo más decidido por parte del Gobierno nacional. Esto incluye no solo incentivos económicos, sino también la implementación de políticas públicas que promuevan la investigación y el desarrollo en el sector agrícola. La colaboración entre el sector público y privado es vital para crear un entorno que favorezca el crecimiento y la competitividad de los cultivos de maíz y soya.
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Educación y capacitación
Finalmente, la educación y capacitación de los agricultores es crucial. Fenalce ha destacado la importancia de programas de formación que permitan a los agricultores adquirir nuevas habilidades y conocimientos sobre técnicas de cultivo avanzadas, gestión de riesgos y comercialización efectiva de sus productos.
Henry Vanegas concluyó su carta reiterando la disposición de Fenalce para trabajar de la mano con el Gobierno y otros actores del sector agrícola. La meta es clara: transformar los desafíos actuales en oportunidades de crecimiento y desarrollo sostenible para los cultivadores de maíz y soya en Colombia. La colaboración y el compromiso de todas las partes involucradas serán esenciales para alcanzar estos objetivos y asegurar un futuro próspero para la agricultura en el país.
Debate en el Senado
En un debate llevado a cabo en la Comisión Quinta del Senado de la Repúblicase abordó la preocupante situación que enfrentan los productores de maíz y yuca en el país.
Los senadores expusieron una serie de factores que han contribuido a la disminución de la producción agrícola y las dificultades que enfrentan los campesinos en algunas regiones.
El senador del Partido Conservador, Miguel Barreto, manifestó qué hay una falta de capacidad de los productores para asociarse, señalando además que los intermediarios están afectando gravemente al sector campesino en Colombia.
«Nuestros productores de maíz, nuestros campesinos, no tienen una capacidad para asociarse, los intermediarios están acabando con el sector productivo», afirmó el senador Barreto.
Por su parte, la senadora de la Coalición Pacto Histórico, Catalina Pérez, recordó las manifestaciones realizadas por campesinos para evitar la aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC), porque no era competitivo el agro.
“Muchos de nuestros campesinos y campesinas hicimos grandes manifestaciones para que no se aprobara el TLC y lo aprobaron porque nuestro país no estaba preparado para un TLC», expresó la senadora Pérez.
De acuerdo con un informe oficial, que se presentó en el debate, existe una brecha significativa entre la importación y la producción nacional de maíz. Durante el año 2023se importaron más de 8 millones de toneladas de maíz, mientras que la producción nacional apenas alcanzó un poco más de 800 miltoneladas, lo que equivale solo al 9,53% del maíz consumido por los colombianos.
El senador del Partido Conservador, Marcos Daniel Pineda, hizo un llamado para incentivar la compra de productos locales por parte de la industria nacional y priorizar la producción local sobre las importaciones.
“Le hemos pedido (al Gobierno) que ayude a incentivar a los productores locales, que la industria nacional compre productos nacionales, que le dé prioridad a la producción local por encima de las importaciones», señaló el senador Pineda.
Como resultado del debate se alcanzaron acuerdos con el Ministerio de Agricultura para incentivar la compra de la producción nacional y brindar garantías suficientes para salvar este sector y los miles de familias que dependen de este.
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