Una situación crítica se registra en la represa de Betania, donde tanto pequeños como grandes productores reportan la muerte de miles de peces en áreas de industrialización y en la pesca artesanal. Hasta el momento, no se ha logrado determinar la causa de esta pérdida masiva.
Diario del Huila, Panorama
La represa de Betania, ha vuelto a ser testigo de una tragedia ambiental, esta vez con la misteriosa mortandad de miles de peces que afecta tanto a las zonas de industrialización como a la pesca artesanal, según informan tanto pequeños como grandes productores. La preocupación se ha extendido entre la comunidad pesquera, que exige una pronta respuesta de las autoridades ambientales para esclarecer las causas detrás de este fenómeno.
Aunque aún no se ha determinado la causa exacta de la mortandad, hace apenas 10 meses, la represa experimentó una alarma similar debido a la presencia de una bacteria, streptococcus agalactias de los serotipos 1A y 1B, que, aunque no afectaba la salud humana, generó inquietud en la población. La incertidumbre persiste, y los pescadores temen que pueda tratarse de una enfermedad de fácil contagio.
«Estamos preocupados, estamos alarmados; hay mucho silencio entre los productores. Pedimos a las autoridades ambientales adelantar las investigaciones pertinentes hasta conocer toda la verdad. Tememos que sea una enfermedad de fácil contagio«, expresó uno de los pescadores artesanales de la zona.
A pesar de la falta de un pronunciamiento oficial, algunos pescadores aseguran haber presenciado la salida de más de seis camiones doble troque cargados con toneladas de peces en descomposición. Aún se desconoce si la situación se debe a factores ambientales, sanitarios o a las altas temperaturas que se experimentan en la región en esta época.
En contraste, ciertas empresas piscícolas indican que ha habido un ligero incremento en la mortalidad. Hasta el viernes pasado, se observó un aumento leve, pero hasta el momento, no se considera motivo de alarma.
Panorama poco prometedor
Alexander García, pescador artesanal del municipio de Yaguará, alertó que la mortalidad de peces se concentra especialmente en las áreas cercanas a las pesqueras, afectando tanto a especies nativas como a aquellas aguas más arriba, donde se encuentra la industria. García también señaló que, a pesar de los acuerdos previos con Enel, los niveles del embalse vuelven a ser críticos, reviviendo la crisis del semestre pasado.
«Está lo mismo, lo habían subido pero volvieron a bajar, así como la vez pasada cuando dimos a conocer los videos, así estamos nuevamente. Nos estamos viendo afectados nuevamente en Yaguará, porque nos toca volver a coger la misma rutina de caminar todo ese sendero para ir a buscar nuestro sustento diario, pero también hay preocupación, pues hay rumores de que de pronto prohíban la comercialización de pescado. Eso nos afectaría enormemente«, expresó García.
Por ahora, los pescadores de la zona no han tenido comunicación con las autoridades locales y departamentales, aumentando la incertidumbre sobre las medidas que se tomarán ante esta nueva emergencia ambiental. La comunidad espera respuestas prontas para salvaguardar la actividad pesquera y prevenir posibles impactos económicos en la región.
Afectaciones fenómeno del niño
Es importante recordar que, durante el mes de octubre, los piscicultores en la región de Betania emitieron un llamado urgente en busca de soluciones para afrontar la crítica situación derivada de la brusca disminución de los niveles de agua en la zona. En ese periodo, los niveles en el embalse descendieron de manera abrupta, lo que obstaculizó tanto la salida de la producción como la entrada de alimentos y recursos esenciales.
La complejidad de la situación se vio agravada por la temporada de verano, que provocó la reducción de los niveles en los embalses, afectando no solo a Betania sino también al embalse de El Quimbo. No obstante, la afectación más directa se concentró en el Puerto de Seboruco en Betania, donde los descensos bruscos en el nivel del agua crearon extensas playas de lodo, dificultando significativamente el acceso de vehículos.
Tras la emergencia registrada para esa época la Procuraduría General de la Nación emitió un llamado de alerta al Gobierno Nacional y a las autoridades municipales. Este aviso hacía referencia a los preocupantes niveles del Embalse Betania y las altas tasas de mortandad de peces, consecuencias atribuibles al fenómeno de El Niño y a las medidas tomadas para mantener la generación eléctrica.
En una comunicación dirigida al Ministro de Minas y Energía y a la Ministra de Agricultura y Desarrollo Rural, el ente de control informó que el administrador del Sistema Interconectado Nacional (SIN), XM, solicitó una generación elevada en la Central Hidroeléctrica de Betania para satisfacer la creciente demanda energética del país. Este requerimiento provocó una disminución preocupante en el nivel del embalse.
La alerta de la Procuraduría, compartida con el Director de la Autoridad Nacional de Pesca y Acuicultura (AUNAP) y el Gobernador del Huila en su momento, destacó los graves efectos en la calidad del agua, especialmente la concentración de materiales perjudiciales para los peces, generando mortalidad debido a la disminución del oxígeno. Además, señaló las consecuencias sociales y económicas en la región.
Ante este panorama, la Procuraduría delegada para Asuntos Ambientales, Minero Energéticos y Agrarios reiteró sus llamados preventivos, exhortando al Gobierno Nacional a tomar medidas para evitar la continua disminución de los caudales, lo que podría poner en riesgo la producción de peces. También solicitó a las autoridades ministeriales abordar las peticiones de acuicultores, pescadores y otros sectores agropecuarios, mediante mesas de diálogo para prevenir conflictos y encontrar soluciones.
El órgano de control instó a las autoridades a consolidar una estrategia integral y efectiva, alineada con el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026, para desbloquear nuevos proyectos de generación sostenible y acelerar la transición energética.