A pesar de un descenso reciente en el número de casos semanales la preocupación sigue latente, niños y adolescentes continúan siendo los más vulnerables a las complicaciones graves de esta enfermedad. Esta situación plantea un llamado urgente a reforzar las medidas preventivas, especialmente ante la llegada de la temporada de lluvias, que podría propiciar un aumento en la proliferación del mosquito transmisor.
DIARIO DEL HUILA, NEIVA
POR: ALEJANDRO POLANCO
El pasado sábado se reportó el fallecimiento de un niño de 10 años en la Comuna 1 de Neiva, diagnosticado con dengue. Este caso ha resaltado la continua vulnerabilidad de los menores frente a esta enfermedad, que puede progresar hacia formas graves como fue el caso de la perdida de la vida misma. A pesar de haber recibido atención médica, el menor no pudo superar las complicaciones asociadas con la enfermedad viral.
A la fecha la capital huilense registra un total de 6,853 casos entre confirmados y probables. De estos, 5,018 corresponden a dengue sin signos de alarma, mientras que 1,660 casos han sido clasificados como dengue con signos de alarma, y 173 casos se consideran dengue grave. Estas cifras revelan que, si bien se ha notado una reducción en el número semanal de nuevos casos, la enfermedad sigue afectando a un amplio sector de la población, especialmente a los niños y adolescentes.
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Según la secretaría de salud municipal, las estadísticas recientes muestran que, aunque el número de casos ha pasado de 600 en semanas anteriores a alrededor de 200 casos semanales, los menores representan un alto porcentaje de las hospitalizaciones y complicaciones. Este escenario genera preocupación tanto en las autoridades como en la comunidad, especialmente en un contexto de aumento de lluvias, que podría agravar la situación.
De acuerdo con Lilibet Galván, secretaria de Salud de Neiva, la reducción de casos responde a una intensificación en las campañas de prevención y control, principalmente bajo la estrategia “Sin criaderos, dengue cero”. Sin embargo, Galván destaca que la población infantil sigue en riesgo debido a su vulnerabilidad ante el dengue grave y la falta de inmunidad. “Aún con la reducción de casos, no podemos bajar la guardia. Los niños y adolescentes, por sus características fisiológicas, son los más susceptibles a sufrir complicaciones graves”, afirmó Galván al Diario del Huila.
La campaña “Sin criaderos, dengue cero” busca no solo reducir la presencia del mosquito Aedes Aegypti, sino también educar a la población sobre cómo prevenir su reproducción en entornos domésticos. Se han realizado visitas domiciliarias, jornadas de fumigación en barrios críticos, y capacitaciones a líderes comunitarios. “La fumigación ayuda a controlar al mosquito adulto, pero si no eliminamos los criaderos, el ciclo vuelve a empezar. Es crucial la participación de la comunidad en estas medidas”, explicó Galván.
Niños y adolescentes en el epicentro de la alerta
A pesar de los esfuerzos, los menores de edad siguen siendo los más afectados. “Hemos observado que la incidencia de dengue grave es mayor en niños y adolescentes, quienes pueden desarrollar complicaciones en cuestión de horas. Esto representa un riesgo crítico y un llamado urgente a los padres para que estén atentos a síntomas como fiebre alta, dolor abdominal y erupciones en la piel”, detalló la funcionaria.
Según la secretaría de salud, los barrios más afectados se encuentran en áreas urbanas densamente pobladas, como Las Palmas, Canaima y Altico, donde las condiciones socioeconómicas dificultan la aplicación de algunas medidas preventivas. Esto ha motivado a las autoridades a enfocar sus campañas en estos sectores, buscando la cooperación de las familias y promoviendo la limpieza de patios y depósitos de agua.
La funcionaria enfatizó la importancia de que los padres y cuidadores sigan las recomendaciones de prevención. “Los padres deben vigilar cualquier síntoma en sus hijos y evitar automedicarlos. El dengue grave es una realidad que puede llevar a la muerte en pocas horas si no se atiende a tiempo”, subrayó. También recordó la importancia de acudir de inmediato a un centro de salud si los síntomas se agravan.
La comunidad educativa también ha sido integrada en la campaña preventiva, involucrando a estudiantes en actividades de sensibilización para que se conviertan en “vigilantes” en sus propios hogares. “Queremos que los niños y adolescentes sean nuestros aliados. Al comprender la importancia de la prevención, pueden convertirse en agentes de cambio en sus propias comunidades”, afirmó Galván.
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La temporada de lluvias y el riesgo latente de un rebrote
Con la próxima temporada de lluvias, se teme que el riesgo de rebrote de dengue aumente, ya que el agua estancada es el ambiente ideal para que el mosquito se reproduzca. Las autoridades de salud han emitido recomendaciones adicionales, como lavar los tanques de agua semanalmente, tapar todos los recipientes y evitar acumular objetos que puedan contener agua estancada.
Galván recordó que, en zonas con alta incidencia de dengue, el uso de toldillos es una medida simple pero efectiva para proteger a los menores durante las noches. “Necesitamos que la comunidad tome estas precauciones adicionales y no las vea como una carga, sino como una responsabilidad para proteger la vida de los más vulnerables”, añadió.
A pesar de los retos, la secretaria aseguró que el compromiso de la secretaría de salud y de las entidades locales es total. Se están destinando recursos para fortalecer las campañas y mantener una vigilancia activa en los sectores más afectados. Galván concluyó haciendo un llamado a la ciudadanía: “El dengue es un enemigo común, y la única manera de vencerlo es con la colaboración de todos. Si cada uno pone de su parte, podemos proteger a nuestros niños y adolescentes y evitar más tragedias”.
Con esto, queda claro que, aunque Neiva ha logrado disminuir el número de casos, la alerta sanitaria sigue presente, y los esfuerzos de prevención y educación deben continuar. La comunidad tiene en sus manos la capacidad de proteger a los más jóvenes y vulnerables, haciendo de la prevención una prioridad en sus hogares y en sus entornos comunitarios.