Por: Gerardo Aldana García
Hace cerca de tres meses, celebraba desde mi columna en el Diario del Huila, la feliz incursión del Colegio Técnico Superior de Neiva, en el moderno mundo de la revolución tecnológica. Y lo hacía por cuenta del manifiesto y palpable reporte de la rectora de la Institución, en donde destacaba, desde su gestión, el impulso de un esquema educativo para sus estudiantes y egresados hacia campos de formación profesional con alta demanda en el mercado, acorde con el mundo tecnológico a nivel mundial, lo que sugiere que los jóvenes que allí se educan, deban estar mejor preparados para los retos que impone un mercado laboral cada vez más exigente en el manejo de las tecnologías, lo mismo que matizado por el alto nivel de competencia de profesionales con mayor talento y habilidades.
Pero no todo puede ser color de rosa en un país como Colombia y en una ciudad como Neiva, en donde los sueños y acciones de progreso suelen enfrentar toda suerte de ruidos y amenazas, que pueden truncar anhelos de crecimiento y bienestar de la comunidad, como le está sucediendo al Colegio Técnico Superior, y que llevarían al fracaso iniciativas de alto valor en el campo educativo. Sucesos acaecidos en las últimas tres semanas, dan cuenta de una férrea oposición de parte de algunos docentes de la entidad, que cuestionan, desde su percepción, medidas de la administración relativas a la implementación plena y con todos sus protocolos, de la famosa jornada única. Al indagar con actores de lo que se ha convertido en un conflicto interno, en versiones tanto de profesores como de estudiantes, se trata de una implementación que hace que el personal docente al servicio del colegio deba trabajar un poco más allá de su horario regular del medio día, para llegar hasta las 2.00 p.m.
La jornada única, que permite, como ya sucede en la institución, que sus estudiantes puedan tomar el almuerzo en el claustro, conlleva igualmente la necesidad de revisar el aforo del número de estudiantes por curso en aquellas materias vocacionales de orden técnico que, actualmente está en promedio de ocho alumnos para pasar a treinta o treinta y cinco por clase. Sin duda, es un asunto que debe generar un mayor compromiso del docente a cargo, si es que efectivamente está en la vía de atender el propósito y la exigencia que la jornada única impone; pero por sobre todo, estimando que, alrededor de trescientos estudiantes de áreas vocacionales técnicas mejorarán su nivel de conocimientos en las materias, al tiempo que se perfilan con mejores y mayores oportunidades de avanzar en una formación profesional, por ciclos propedéuticos, en campos como la Ingeniería Civil o la Ingeniería de Sofware. Se sabe que en la actualidad el colegio dispone de tecnología de punta para sus talleres de: Construcción de Obras Civiles, Diseño y Desarrollo del Sofware, Diseño y Dibujo Técnico, Ebanistería y Modelería, Electricidad y Electrónica, Autotrónica, Mecánica Industrial y Metalistería. Así mismo, los salones de clases para estos talleres, cuya construcción inició hace cerca de cinco años y que, gracias a la gestión de la actual rectoría, han sido terminados, se entregarán al servicio en la presente semana de marzo del año en curso.
Pero puede resultar plausible que docentes con experiencia en campos precursores de las nuevas y modernas áreas tecnológicas que se pretenden, con vinculación entre treinta y cuarenta años en el Técnico Superior, encuentren dificultades o resistencia a incorporar en su propio acervo intelectual, las nuevas tecnologías, mismas que deben replicar en sus estudiantes, lo que puede resultar incómodo para su dinámica laboral y derivar en acciones como las que se ven recurrentemente, de cuestionar las decisiones de orden directivo, y generar condiciones para que algunos estudiantes despistados, se vuelvan objeto de instrumentalización para que salgan a las calles a exigir el cambio de su rectora y de docentes que están de acuerdo con la implementación de la jornada única, todo lo cual lleva a la parálisis de clases, alumnos perdiendo el tiempo, exponiéndose en las calles en manifestaciones, en lugar de estar cumpliendo con su deber y acceso a su derecho de educarse. Y agrava la situación el hecho de que, decenas de docentes de otras áreas académicas del colegio, al sentir que la jornada única les impone obligaciones, especialmente la del horario extendido, se sumen a las manifestaciones, lo que agrava más la parálisis del proceso académico profesor – alumno, en perjuicio de este último.
Los acontecimientos recientes pueden indicar que, independientemente de si la actual rectora continúa o si es trasladada, quien quiera que esté al frente del Colegio Técnico Superior de Neiva, debe cumplir la ley en términos de la implementación de la jornada única, con todos sus protocolos. Por supuesto que preocupa sensiblemente el poder de quienes no quieren el esquema de tal jornada, al punto de que logran que la Secretaría de Educación de Neiva, incurra en una desafortunada e ineficiente rotación del rector a cargo, lo que, por esta razón y otras que hayan sido enarboladas como justas, en los últimos diez años, han pasado al menos diez rectores por la entidad. Este particular poder recuerda aquel que algunos organismos vivos tienen dentro de un cuerpo, llamado por los médicos como inóculo persistente.
De acuerdo con el Director de la Escuela de Formación e Innovación Tecnológica, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Surcolombiana, Arq. Luis Alberto Montoya Casadiego, la Institución Educativa Técnico Superior de Neiva, se encuentra incluida en el proyecto modelo de articulación de la educación superior con la educación media, dentro de cinco programas académicos por ciclos propedéuticos, destacando allí la presencia de la actual rectora Luz Marina Aldana García. En otro escenario, el nuevo esquema de jornada única permite que los estudiantes del grado once, hagan sus prácticas en empresas, abriendo con ello no solo su cualificación técnica sino también posibilidades de empleo. Así mismo, la interacción con el SENA en los procesos de formación técnica traerá el beneficio de la doble titulación para los jóvenes que se graduarán como bachilleres técnicos en tal o cual disciplina.
Señor Alcalde Germán Casagua, qué lamentable, es que esto ocurra con una entidad de tanta trayectoria histórica, que tuvo un admirable prestigio a nivel regional y nacional.
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