El Servicio Geológico Colombiano ha confirmado la persistencia de la alerta amarilla en el volcán Nevado del Huila y Puracé, instando a las autoridades y a la población civil a mantener una constante vigilancia ante posibles anomalías.
Diario de Huila, Panorama
En las últimas semanas, el volcán Nevado del Huila ha mantenido en vilo a la comunidad, con un aumento en su actividad sísmica que despertó la preocupación de los habitantes de los departamentos de Huila, Cauca y Tolima.
El Servicio Geológico Colombiano emitió un boletín extraordinario, tras lo cual se ha estado siguiendo muy de cerca el comportamiento del volcán y, simultáneamente, del volcán Puracé, ambos bajo alerta amarilla.
John Makario Londoño, director técnico de Geoamenazas del Servicio Geológico Colombiano, brinda una visión detallada de la situación actual. Desde el último boletín extraordinario, se ha observado un comportamiento relativamente estable del volcán Nevado del Huila.
A pesar de un aumento en la actividad sísmica, ésta ha regresado a niveles más controlados. No obstante, Londoño advierte que, aunque se percibe cierta calma, no se puede descartar la posibilidad de que los procesos se reanuden en cualquier momento.
El director técnico destaca que el último evento sísmico fue significativamente superficial, a tan solo 1 kilómetro debajo del cráter, con una magnitud de 3.6. Si bien no alcanzó la intensidad de eventos pasados que precedieron erupciones, la magnitud sigue siendo considerada considerable para la actividad de un volcán.
El volcán Nevado del Huila (5.364 msnm) está ubicado entre los departamentos de Huila, Cauca y Tolima, a 60 kilómetros de Neiva y 90 kilómetros de Popayán, y es monitoreado desde 1993 por el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Popayán del SGC.
Duración de la alerta amarilla
La alerta amarilla para el volcán Nevado del Huila está vigente desde 2009, tras la última erupción que generó un flujo de lodo de gran magnitud. Londoño subraya la importancia de que la comunidad reconozca que vive en las cercanías de un volcán activo. Aunque el volcán se encuentra en estado de alerta amarilla, lo cual indica cambios en su comportamiento, se insta a la población a mantener la calma y la preparación.
Se resalta la necesidad de estar alerta, preparados y contar con planes de contingencia ante la posibilidad de una erupción volcánica. A pesar de que los efectos de dicha erupción podrían ser significativos, las autoridades están preparadas para minimizar los riesgos para la vida humana.
Eventos sísmicos
Tras el sismo del 21 de octubre, que dio inicio a una serie de 320 sismos asociados al fracturamiento de roca en el volcán Nevado del Huila, se destaca la necesidad de no subestimar este comportamiento. Aunque el estado de alerta amarilla disminuye la probabilidad de una erupción, el volcán sigue siendo impredecible y podría cambiar su estado a naranja o incluso rojo en cualquier momento.
El precedente del año 2007, con un enjambre sísmico similar al reciente, desencadenó una erupción con un flujo de lodo que recorrió más de 160 kilómetros y tuvo alturas de hasta 30 metros. Esta historia enfatiza la importancia de monitorear constantemente la actividad volcánica y estar atentos a cualquier cambio en su comportamiento.
En paralelo, el volcán Puracé, ubicado en el departamento del Cauca, ha experimentado un notable aumento en la actividad sísmica. Aunque hasta el momento ninguno de estos sismos ha superado la magnitud de 1.0, se han registrado más de 400 eventos.
Además, en el monitoreo que realiza el Sistema Geológico Colombiano, las imágenes obtenidas a través de las cámaras instaladas se han detectado emisiones de vapor de agua, gases y anomalías térmicas en el cráter, indicando una actividad por encima de los registros de años anteriores.
Adicionalmente, a través de mediciones en el sitio, se detectaron anomalías térmicas de baja energía entre 30 y 150°C en el cráter del volcán. Estos valores superan lo detectado entre el 2018 y 2022.
Este volcán se encuentra en estado de alerta Amarilla, en el que se pueden presentar fenómenos como sismos sentidos, sismicidad de fractura y de fluidos, emisiones de gases, deformación, olores, ruidos, cambios en la temperatura, emisiones menores y esporádicas de ceniza y ondas de presión. Sin embargo, las autoridades aseguran que es muy importante seguir monitoreando su comportamiento, pues en cualquier momento el volcán podría cambiar a alerta Naranja o incluso Roja.
El volcán Puracé y la Cadena Volcánica Los Coconucos son una de las 25 estructuras volcánicas activas que se monitorean y está conformada por 15 volcanes y se ubica sobre la cordillera Central, entre los departamentos de Cauca y Huila.
Monitoreo y planificación
El Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Popayán del SGC ha sido fundamental en el monitoreo de estos volcanes desde las décadas de 1980 y 1990 respectivamente. La constante actualización de mapas de amenazas y el conocimiento adquirido permiten una gestión más efectiva del riesgo ante posibles erupciones.
A pesar de las señales de alerta y la actividad reciente, es importante recordar que el manejo adecuado de la situación puede mitigar considerablemente los riesgos asociados con la actividad volcánica. La información proporcionada por el Servicio Geológico Colombiano continúa siendo fundamental para la toma de decisiones y la protección de la población en áreas de influencia.
La comunidad, las autoridades y los organismos de gestión de desastres deben permanecer alerta y preparados ante la posibilidad de una erupción volcánica. El monitoreo continuo y la planificación son elementos clave para reducir los riesgos y proteger la vida y la seguridad de quienes residen en las cercanías de estos volcanes activos.
Recomendaciones
John Makario Londoño, director técnico de Geoamenazas del Servicio Geológico Colombiano, hizo algunas recomendaciones. «En primer lugar, es importante tener presente que un volcán activo es capaz de entrar en erupción en cualquier momento.
Por lo tanto, la comunidad que reside en las zonas adyacentes debe ser consciente de su proximidad a un volcán activo y, en consecuencia, siempre existe la posibilidad de una erupción. Afortunadamente, en la actualidad, el volcán se encuentra en estado de alerta amarilla, lo que implica cambios en su comportamiento, variaciones típicas de un volcán activo. Es esencial recordar la situación de alerta, aunque sin generar pánico ni alarmismos innecesarios.
En estos momentos, la preparación cobra una relevancia fundamental. Es necesario tener todo dispuesto y estar siempre preparados ante la eventualidad de un evento, en este caso, una erupción volcánica.
Tanto la comunidad como las autoridades en general deben contar con planes de contingencia para abordar una erupción volcánica. Si bien los efectos de una erupción pueden ser significativos, es importante recalcar que la vida de las personas no debería correr peligro. Por lo tanto, es esencial realizar labores de preparación y brindar educación sobre este fenómeno y sus posibles efectos».