Con una alta abstención que superó todos los pronósticos de algunos expertos electorales, se llevó a cabo el domingo anterior las elecciones de los Consejos Municipales de Juventudes en las 1097 localidades del país, donde tuvieron la oportunidad de participar los jóvenes entre los 14 y 28 años. Había mucha expectativa, porque era una de las exigencias que solicitaban al gobierno nacional durante las diferentes jornadas de paro que se llevaron a cabo durante los meses posteriores al 28 de abril anterior.
Pero los resultados fueron sorprendentes. Una baja votación. Nuestros ancestros afirmaban que, así como era el desayuno, así iba a ser el almuerzo. Estos resultados reflejan la apatía del elector colombiano para participar en estas justas electorales. La democracia participativa, en estos comicios, por parte de las nuevas generaciones fue decepcionante. En nuestro departamento, de las 500 mesas instaladas en el territorio huilense, participaron 39.381 votantes de 318.913 que se encontraban aptos para sufragar. Un indicador de 12,34%, nos permite afirmar que estas justas electorales no despertaron el interés que se esperaba y que supuestamente iban a arrasar con todos pronósticos que planteaban los sectores de la oposición.
En el panorama nacional, los resultados fueron similares. De 12.282.273 jóvenes estaban habilitados para depositar su voto en la urna. Solo 1.279.961 acudieron a la cita para elegir a sus consejeros. Es decir, un 10,42% del censo electoral juvenil previsto. Así como se presenta el panorama electoral, no todo está definido para los candidatos que empiezan a liderar los sondeos de opinión que actualmente se presentan. Van a haber sorpresas que van a cambiar y a transformar el imaginario popular para elegir los próximos congresistas y al presidente de la república.
Lo que, si es repudiable, son las actitudes y comportamientos de algunos sectores políticos que, durante la jornada del domingo, buscaban desesperadamente cautivar a su electorado joven para que participaran. Utilizando estrategias detestables y caducas, en algunas localidades del país, se denunciaron ante los organismos de control, algunas prácticas detestables que todavía continúan siendo el común denominador de los caciques electorales. Inclusive por falta de un verdadero censo electoral definido, muchos jóvenes votaron de manera repetida, porque no se tenían definidos los puestos de votación para cumplir con esta cita democrática.
Ahora falta esperar, donde van a sesionar los integrantes elegidos de esta corporación. ¿Cuáles van a ser sus periodos de sesión, sus reglamentos internos, y si los alcaldes van a tener en cuenta sus peticiones? Todos conocemos las amargas experiencias ocurridas, cuando se empezaron a elegir los ediles de las Juntas Administradoras Locales (ediles), que a la fecha todavía, no se ven resultados eficaces. Se espera que este ensayo democrático no se convierta en otra decepción democrática más.