Personas con un diagnóstico previo de estrés crónico y depresión tendrían más probabilidades que otras personas de ser diagnosticadas de deterioro cognitivo leve o Alzheimer.
DIARIO DEL HUILA, SALUD
Esto, según un estudio realizado por investigadores del Instituto Karolinska, de Suecia, que demostraron las posibles asociaciones entre el estrés crónico, el deterioro cognitivo leve y la enfermedad de Alzheimer, especialmente entre personas de entre 18 y 65 años.
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Estudios anteriores han demostrado una posible asociación entre el estrés crónico, la depresión y la demencia. Ahora, el presente estudio, publicado en la revista Alzheimer’s Research & Therapy, demuestra ahora que las personas que han sido diagnosticadas con estrés crónico o depresión tienen más probabilidades de que se les diagnostique Alzheimer.
La investigación muestra que el riesgo Alzheimer era más del doble en los pacientes con estrés crónico y en los pacientes con depresión, que en los pacientes sin ninguna de las dos afecciones; en los pacientes con estrés crónico y depresión a la vez era hasta cuatro veces mayor. El riesgo de desarrollar deterioro cognitivo era aproximadamente igual de elevado.
Vale mencionar que un paciente sufre estrés crónico es considerado cuando ha estado sometido a estrés sin oportunidad de recuperación durante al menos seis meses.
El último autor del estudio, Axel C. Carlsson, docente del Departamento de Neurobiología, Ciencias de la Atención y Sociedad del Instituto Karolinska, manifestó: “El riesgo sigue siendo muy pequeño y se desconoce la causalidad. Dicho esto, el hallazgo es importante porque nos permite mejorar los esfuerzos preventivos y comprender los vínculos con los demás factores de riesgo de la demencia”.
El estudio se llevó a cabo utilizando la base de datos administrativa de asistencia sanitaria de la Región de Estocolmo, que contiene todos los contactos sanitarios compensados por la región.
Los investigadores ubicaron su atención en pacientes de entre 18 y 65 años y entre 2012 y 2013. De esta manera, fueron identificados 44.447 casos de personas con diagnóstico de estrés crónico y/o depresión y las siguieron durante ocho años para ver a cuántas de ellas se les diagnosticó posteriormente deterioro cognitivo leve o enfermedad de Alzheimer.
Una comparación con todos los demás 1.362.548 individuos de la franja de edad mostró que más personas con estrés crónico o depresión también habían sido diagnosticadas de deterioro cognitivo leve o enfermedad de Alzheimer.
“Es muy poco frecuente que las personas de este grupo de edad desarrollen demencia, por lo que debemos identificar todos los posibles factores de riesgo de la enfermedad. Aquí demostramos que el diagnóstico es más frecuente en personas que han sufrido estrés crónico o depresión, pero serán necesarios más estudios si queremos demostrar alguna causalidad al respecto”, indica Carlsson.
Los investigadores continúan con el trabajo y elaborarán cuestionarios y pruebas cognitivas que ayuden a identificar precozmente a las personas con riesgo de demencia.
El Estrés y el Cerebro
El cerebro es un órgano altamente susceptible a los efectos del estrés crónico. La tensión prolongada puede afectar negativamente las estructuras cerebrales, incluyendo el hipocampo, una región esencial para la memoria y el aprendizaje. La exposición constante al cortisol, la hormona del estrés, puede dañar las células cerebrales y contribuir a la atrofia cerebral.
Implicaciones Clínicas
Si bien la relación entre el Alzheimer y el estrés crónico es intrigante, aún se necesita más investigación para comprender completamente este vínculo. Sin embargo, estas investigaciones sugieren que la gestión efectiva del estrés podría ser una estrategia preventiva importante en la lucha contra la enfermedad de Alzheimer. La promoción de estilos de vida que incluyan técnicas de reducción del estrés, como la meditación, el ejercicio y el apoyo social, podría tener un impacto positivo en la salud cognitiva a largo plazo.
La Conexión Emergente
Investigaciones recientes han arrojado luz sobre la conexión entre el estrés crónico y el Alzheimer. Se ha demostrado que el estrés prolongado puede desencadenar una serie de respuestas fisiológicas en el cuerpo, como la inflamación crónica, el desequilibrio de hormonas del estrés y la disfunción del sistema inmunológico, que podrían estar relacionadas con el desarrollo y la progresión de la enfermedad de Alzheimer.
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Un estudio publicado en la revista «Nature Communications» en 2020 encontró que la exposición a niveles elevados de estrés crónico se asociaba con un mayor riesgo de deterioro cognitivo y, potencialmente, el desarrollo de Alzheimer. Los investigadores sugirieron que el estrés crónico podría acelerar la acumulación de placas amiloides en el cerebro, una característica distintiva de la enfermedad de Alzheimer. Además, el estrés crónico podría tener un efecto negativo en la salud vascular, lo que a su vez puede aumentar el riesgo de demencia.