Por: Hugo Fernando Cabrera Ochoa
Increíble que en esta tierra de nadie llamada Neiva, no exista autoridad que le ponga coto a los conductores de ambulancia; esos asesinos al volante, quienes le perdieron miedo y respeto a todo, y se pasan manga por hombro las normas de tránsito, así como los derechos que les asisten a conductores de vehículos públicos y particulares, pero también a peatones.
Hace poco tiempo, se dio a conocer la siguiente noticia: “Un accidente se registró en la vía que conduce desde Neiva hasta el municipio de Villavieja al norte del departamento del Huila, en donde una ambulancia que se movilizaba excediendo los límites de velocidad terminó volcada en plena carretera, dejando varios heridos…”
Otro medio de comunicación presentó esta nota: ““Ya muchos neivanos les tienen miedo, andan sin control por las calles de la ciudad, compiten entre sí por llegar al lugar de los accidentes y recoger los heridos, y se han convertido en verdaderas trampas mortales…”
Asimismo, hace un tiempo se dio a conocer que: “Un bochornoso hecho se registró en plena vía pública en Neiva donde dos trabajadores que prestan el servicio de ambulancia en la capital del Huila, terminaron enfrentados a golpes, en el momento en que iban a atender un accidente de tránsito que se había presentado en el centro de la ciudad…”
El día de ayer viernes, sobre la calle octava, frente al barrio La Gaitana de Neiva, una ambulancia que se desplazaba a alta velocidad, atropelló a una joven estudiante que se trasladaba en su motocicleta a una discreta rapidez. Al mismo tiempo en que esto sucedía, arribaban otros dos de estos vehículos de la muerte (deberían ser vehículos de la vida), y sin percatarse del tráfico, se atravesaron abruptamente y el conductor de una de ellas generó un nuevo accidente; pero no siendo esto suficiente, el funcionario a cargo de la conducción de esta ambulancia, agredió verbalmente al conductor del vehículo particular, quien tranquilamente avanzaba hacia su lugar de trabajo. Esto es tema de todos los días.
¡Pero qué es esto, por favor! ¿es que acaso no existe Dios ni ley en esta ciudad?, pues pareciera que así fuera, porque campea la delincuencia y el desbarajuste por todos los rincones de la localidad; en realidad es todo un aquelarre urbano, en donde todo el mundo hace lo que quiere, sin que haya autoridad que haga cumplir las normas.
¿Y quién regula el funcionamiento de estos vehículos y sus tripulantes?, indagando me encontré con la Resolución Número 9279 de 1993, del Ministerio de Salud. De todas maneras, el Ministerio de Transporte prepara nueva normativa para el tránsito de vehículos de emergencias, que modifica la resolución única compilatoria en materia de tránsito, agregándole un capítulo sobre el registro y circulación de vehículos automotores de emergencia, como ambulancias, carros de bomberos, entre otros.
Lo cierto es que las medidas no solamente dicen que estos vehículos deben contar con ciertas características y determinados equipos; también los hace responsables frente a terceros. Pero en esta ciudad eso se lo pasan por la faja desde hace tiempo y los conductores de ambulancias hacen lo que se les da la regalada gana y no hay autoridad que se haga respectar y haga cumplir las normas.
