Carlos Yepes A.
Fue reelegido Trump como Presidente de Estados Unidos, vale la pena recordar que durante su primer mandato, Colombia experimentó una relación bilateral centrada principalmente en la lucha contra el narcotráfico y el apoyo a políticas de mano dura. Trump mostró, para entonces, un respaldo significativo a las estrategias de erradicación forzosa de cultivos ilícitos y presionó por resultados cuantificables en la reducción de hectáreas sembradas.
Por su parte la vicepresidencia de Kamala Harris ha marcado un giro hacia un enfoque más integral, que incluye desarrollo rural, justicia social y transición energética. Sin embargo, esta transformación podría revertirse dramáticamente con el retorno de Trump a la Casa Blanca.
Las propuestas que ganaron con Trump sugieren una posible revisión del Tratado de Libre Comercio, con énfasis en reducir el déficit comercial estadounidense. Por su parte, Harris promovía un comercio más equilibrado con consideraciones ambientales y laborales.
Trump impulsará una política energética tradicional favorable a hidrocarburos, mientras Harris apostaba por energías renovables. Esta divergencia impactará directamente en las inversiones hacia Colombia.
El sector agrícola podría enfrentar escenarios contrastantes: proteccionismo agrícola con Trump versus programas de desarrollo rural sostenible que propuso Harris. Trump promete intensificar la presión por erradicación forzosa, mientras la visión de Harris incluía desarrollo alternativo y atención a causas sociales del narcotráfico.
La ayuda militar podría aumentar con Trump, pero Harris planteaba un equilibrio entre seguridad y desarrollo social. Las diferencias son marcadas: Trump reducirá la ayuda humanitaria, mientras Harris quería mantener el apoyo a refugiados venezolanos.
Ante este nuevo escenario, nuestro departamento debe prepararse, fortaleciendo capacidades locales y diversificando mercados. El café, el turismo y la agricultura tecnificada del Huila requieren estrategias adaptativas ante el reciente resultado electoral. Colombia, y particularmente el Huila, se encuentra en una encrucijada que demanda preparación estratégica frente al nuevo gobierno en Estados Unidos. La clave está en mantener autonomía en decisiones críticas mientras se aprovechan las oportunidades de cooperación.
El Huila podría pensar en tres estrategias basadas en los siguientes aspectos para afrontar esta nueva era de relaciones entre Colombia y Estados Unidos.
Primero mantener la diferenciación de productos premium en temas de café y piscicultura desarrollando nuevas alianzas estratégicas con importadores estadounidenses.
Segundo, aprovechar la disposición de Trump para fortalecer en la región la seguridad, esto es primordial para el desarrollo local y será fundamental, especialmente en temas de narcotráfico y control territorial, requiriendo una estrategia coordinada.
Y en tercer lugar debemos fortalecer los sectores energéticos y agroindustrial ya que serán prioritarios y estarían alineados con la política «America First».
Estamos ante una nueva realidad que nos convoca a seguir pensando que nuestro mejor aliado comercial tiene de nuevo a un presidente que no es fácilmente descifrable.
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