Apoyo a las fuerzas militares

El día anterior, se desarrollaron multitudinarias manifestaciones de apoyo y respaldo a las Fuerzas Militares y a la Fuerza Pública, por el heroico rol que están desempeñando para defender la democracia que en algunas regiones se encuentra en peligro por el avance exponencial de las organizaciones criminales del país, producto de la laxitud que les ha tenido el gobierno nacional desde que se posesionó el presidente Gustavo Petro Urrego. Para nadie es extraño, que se ha producido un proceso progresivo de debilitamiento de éstas, como si atendieran los clamores de estas organizaciones narcoterroristas, que tienen en vilo el bienestar de las familias colombianas y del sector productivo. Así los aúlicos del gobierno nacional, digan lo contrario, el panorama que se observa en algunas regiones del país es desolador. Allí mandan estas estructuras delincuenciales y las tropas en muchas ocasiones son expulsadas por sus habitantes locales, los cuales se encuentran intimidados por éstos.

La sociedad se movilizó alrededor de las guarniciones militares para brindarles su solidaridad y su respaldo irrestricto a estos ilustres y heroicos integrantes, que diariamente están exponiendo sus vidas. Ese accionar gubernamental errado, le ha generado un efecto dominó adverso. Periódicamente se están presentando actos terroristas contra las instalaciones militares y de los puestos de policía, donde son masacrados salvajemente por estos depravados, que no respetan la vida, ni el bienestar de las familias que residen en esas poblaciones. Y adicionalmente, no respetan a la población civil, que se ven involucrados en este salvajismo irracional.

Durante las dos últimas semanas, el país ha amanecido con una serie de noticias que volvieron a revivir los viejos tiempos, que traumatizaron a la sociedad colombiana por el accionar violento de las organizaciones narcoterroristas que durante cinco décadas azotaron a todo el país, lo cual generaron más de 260 mil asesinatos, millares de lesionados y destrucción de la infraestructura productiva del país. Ahora hemos vuelto a revivir este panorama que rechazamos desde todo punto de vista. Por eso, podemos inferir, que ahora que se han vuelto a ventilar de algunos nombres para postularse en las próximas elecciones presidenciales.

Lo que, si está claro, es que la izquierda ha perdido el mejor momento histórico para posicionarse como una alternativa de cambio para mejorar el bienestar de la sociedad colombiana. No han cumplido dos años de su mandato y sus resultados han sido un desastre para el desarrollo social y económico del país. Todos los indicadores económicos y sociales son adversos. La economía se encuentra de capa caída; se han incrementado los niveles de pobreza, aumento del desempleo, desequilibrios en las finanzas públicas nacionales, corrupción administrativa, falta de planeación, carecen de una prospectiva de desarrollo y como si fuera poco, el aumento de la extorsión, asesinatos, masacres, secuestros, que están corroyendo la calidad de vida de las familias colombianas.