El Proyecto de Acuerdo 015, diseñado para regular las cabalgatas en Neiva con un enfoque de bienestar y protección animal, fue oficialmente archivado el viernes 22 de noviembre. La falta de quórum en la sesión ordinaria del día anterior, jueves 21 de noviembre, selló el destino de una iniciativa que buscaba equilibrar la preservación de una tradición cultural con la necesidad de garantizar el trato digno hacia los caballos, así como la seguridad y convivencia ciudadana.
DIARIO DEL HUILA, NEIVA
POR: ALEJANDRO POLANCO
Esta decisión, que ha generado una intensa polémica en la esfera política y social, dejó en evidencia profundas divisiones dentro del Concejo Municipal. Las tensiones internas y los desacuerdos entre los propios coautores del proyecto, Juan Sebastián Prieto y Juan Diego Amaya, se convirtieron en uno de los principales factores que dificultaron su avance. Particularmente, la modificación introducida por Prieto al artículo que inicialmente prohibía el consumo de alcohol durante las cabalgatas y que delegaba esta decisión a la administración municipal, generó controversias que, finalmente, minaron el consenso necesario para su aprobación.
Héctor Javier Osorio, concejal ponente del proyecto, expresó su frustración ante lo que calificó como una oportunidad perdida para avanzar en una regulación integral que respondiera tanto a las demandas de los sectores animalistas como a la necesidad de preservar una actividad que forma parte de la identidad cultural huilense. Aunque su rol fue exclusivamente técnico, su participación destacó por resaltar los puntos de equilibrio que proponía el proyecto para transformar las cabalgatas en eventos seguros y sostenibles.
Una propuesta transformadora truncada
El proyecto no solo pretendía regular las cabalgatas; su visión era más ambiciosa. Planteaba un marco normativo con medidas específicas para garantizar el bienestar animal y promover un cambio cultural en torno a la forma en que se organizan estos eventos. Entre las propuestas más innovadoras estaba la obligatoriedad de que todos los jinetes asistieran a cursos sobre manejo y cuidado animal antes de participar, con el objetivo de educar a los asistentes en buenas prácticas que evitaran el abuso de los equinos.
Otro punto clave del proyecto era la inclusión de más médicos veterinarios, proponiendo un profesional por cada 100 jinetes. Estos especialistas tendrían la responsabilidad de evaluar el estado de los caballos antes, durante y después de las cabalgatas, asegurando que los animales no fueran sometidos a condiciones de estrés extremo o lesiones. Además, se contemplaba un aumento en el número de ambulancias veterinarias disponibles, pasando a cinco unidades, y la creación de puntos estratégicos para la atención inmediata en caso de emergencias.
El proyecto también proponía limitar los horarios y la duración de las cabalgatas, permitiendo que estas iniciaran a partir de las 4:00 p. m. y tuvieran un tiempo máximo de dos horas. Al finalizar los recorridos, se prohibiría el uso de caballos para evitar su sobreexplotación. Estas medidas iban acompañadas de una propuesta para fortalecer el componente cultural de las cabalgatas, incluyendo presentaciones de las modalidades tradicionales del caballo colombiano, como la trocha, el trote, el galope y el paso fino, en un esfuerzo por resaltar el valor patrimonial de estos eventos.
Ausencias y falta de compromiso político
El jueves 21 de noviembre, cuando se esperaba continuar con la discusión del proyecto, la sesión no contó con el quórum necesario debido a la ausencia de diez concejales. Entre ellos se encontraban: Roberto Escobar Beltrán, Héctor Camilo Perdomo Arenas, Miller Osorio Montenegro, Juan Yamid Sanabria, Cristhian Bautista, Félix Felipe Trujillo, Juan Carlos Parada, Dagoberto Gómez Méndez y Jesús Andrés Garzón Roa. Cabe destacar también la ausencia de Juan Sebastián Prieto, coautor del proyecto, quien también había generado controversias por su postura sobre el consumo de alcohol en las cabalgatas.
En contraste, nueve concejales sí asistieron a la sesión, entre ellos el también coautor Juan Diego Amaya, Johan Steed Ortiz, Luis Humberto Perdomo, Lourdes Paola Mateus, Héctor Javier Osorio, Ramiro Vidal, Alejandro Serna Serna, Juan Sebastián Camacho y Abel Mendoza. Sin embargo, sus esfuerzos por mantener la discusión activa fueron insuficientes ante la falta de la mayoría necesaria para avanzar.
Osorio manifestó que la ausencia de los concejales en momentos clave no solo obstaculiza el desarrollo de proyectos de interés público, sino que también afecta la confianza ciudadana en la corporación. Según el concejal, si bien los desacuerdos políticos son inherentes al ejercicio democrático, estos no deberían traducirse en acciones que paralicen iniciativas que buscan atender problemáticas sensibles como el bienestar animal y la convivencia social.
El impacto del archivo: tradición y bienestar en el limbo
La decisión de archivar el proyecto deja un vacío regulatorio significativo en un tema que ha sido objeto de debate tanto por animalistas como por defensores de las cabalgatas. Por un lado, las organizaciones que promueven los derechos de los animales critican la falta de medidas concretas para evitar el maltrato de los equinos, mientras que los sectores que apoyan estas actividades temen que la ausencia de una regulación adecuada pueda deteriorar la imagen de las cabalgatas y poner en riesgo su continuidad como tradición cultural.
Aunque se ha señalado que el proyecto podría ser revisado jurídicamente para determinar si es posible retomarlo en futuras sesiones, no existe un camino claro sobre los pasos a seguir. Por ahora, las cabalgatas continuarán realizándose bajo las normas actuales, dejando en el aire las mejoras que proponía la iniciativa archivada.
El caso del Proyecto de Acuerdo 015 no solo refleja las dificultades inherentes al diseño de políticas públicas en un contexto de pluralidad de intereses, sino que también subraya la importancia de un compromiso político sólido para abordar temas de alto impacto social. En este sentido, el Concejo Municipal de Neiva enfrenta un desafío importante: reconciliar las diferencias internas y recuperar la confianza de la ciudadanía a través de un trabajo legislativo más eficiente y enfocado en las necesidades colectivas.
El archivo de esta iniciativa no solo pone en pausa la discusión sobre el bienestar animal en las cabalgatas, sino que también deja abierta una reflexión más amplia sobre cómo construir consensos en torno a las tradiciones culturales sin comprometer los principios éticos y sociales que deberían guiar el desarrollo de cualquier comunidad.