DIARIO DEL HUILA, HISTORIA
Tras conocerse el pasado viernes la lamentable noticia del asesinato de policías en la Vereda Corozal del Corregimiento San Luis de Neiva, una comunicación vía WhatsApp revivió las esperanzas. Un sobreviviente, el Auxiliar Gustavo Alberto Esquivel Rojas habría escapado a la muerte. Durante ocho horas el uniformado luchó por conservar su vida. Se conocieron detalles de su rescate y adelantos de las investigaciones. Los homenajes a la memoria y el sacrificio supremo de los policías asesinados continúan en el Huila.
Hasta las 7:00 de la noche del viernes 2 de septiembre se desconocía la cifra exacta de los policías que habrían sido asesinados como consecuencia del ataque terrorista perpetrado por un grupo armado organizado residual, en la vereda Corozal del corregimiento de San Luis, zona rural de Neiva, Huila.
Pero una comunicación vía WhatsApp revivió las esperanzas. Un sobreviviente, el auxiliar Gustavo Alberto Esquivel Rojas habría escapado a la muerte.
El ataque que ha sido repudiado por todo el país, cobró la vida de dos Intendentes, un Subintendente, un Patrullero y tres Auxiliares, cuando se desplazaban en una camioneta oficial de la Policía. Los Uniformados salvaguardaban la seguridad y la tranquilidad de los pobladores de esta zona. Pero ese día mediante el empleo de artefactos explosivos y ráfagas, sus sueños y voluntad inquebrantable de servicio, fueron apagados.
De inmediato hacia el sitio de los hechos fueron desplegados grupos élites, entre esos un destacamento del Gaula Militar que se desplegó por la zona, mientras desde el Comando de Policía en Palermo Huila se articulaban esfuerzos. Un mensaje vía celular del Auxiliar Esquivel Rojas a una de sus compañeras, daba la buena noticia, que en medio de esa tarde de horror, había un sobreviviente que luchaba por mantenerse a salvo.
Con la información suministrada, el Gaula Militar de la Novena Brigada desplegó sus capacidades para lograr la ubicación del uniformado que, a través de la débil comunicación, desde su equipo celular, daba pistas de donde se encontraba.
Hacia las 10:30 de la noche la búsqueda fue todo un éxito; el Auxiliar Gustavo Alberto Esquivel Rojas, fue ubicado por los soldados quienes en un principio dudaron de su identidad al hallarlo vistiendo prendas de civil. Aunque débil, el joven Auxiliar hizo uso de las pocas fuerzas que le quedaban para mostrar su identificación y contar un breve relato de cómo logró escapar y sobrevivir al demencial ataque.
El relato
Al parecer, tras la explosión y desorientado por el efecto de la onda explosiva, el joven Auxiliar, junto a uno de sus compañeros, se precipitaron por un caño; desafortunadamente el Policía que habría logrado escapar con él, falleció producto de la gravedad de las heridas, mientras los otros uniformados eran asesinados con ráfagas de fusil; de ahí que Esquivel, en medio de la maraña, inició una maratónica lucha por conservarse con vida.
El joven habría tocado puertas en las fincas aledañas y aunque recibió varias negativas encontró un ángel que le brindó todo el apoyo y ayuda.
Según dijo Gustavo Alberto Esquivel Rojas en el reporte que reposa en la Fiscalía, él viajaba en la parte trasera de la camioneta de la policía, en el costado izquierdo, al lado de unos plátanos que llevaban consigo. Cuando sintió las explosiones, las balas, se lanzó del vehículo y empezó a disparar. “Yo sentí el bombazo y me tiré, les empecé a disparar y me defendí”, aseguró.
“Llegué a una casa donde un viejito me prestó ropa para cambiarme. Luego llamé a una compañera auxiliar de policía y le conté lo que había pasado”, señaló.
Una vez los soldados del Gaula Militar Huila lograron ubicarlo, Esquivel Rojas se sintió a salvo, pero insistentemente preguntaba por el estado de sus compañeros. Ya en el casco urbano del Municipio de Palermo, lo esperaba una ambulancia de la Policía que lo trasladó a la capital huilense, donde hoy sigue su proceso de recuperación en medio del dolor que lo embarga.
Sentían miedo
Dentro de las declaraciones hechas por Jesús María Esquivel, padre del uniformado, y los datos recopilados por las familias de los héroes que murieron en el trágico hecho, la situación que ellos vivían en el Corregimiento era tensa. “Ellos ya habían tenido un altercado con los civiles y los habían amenazado”, dijo Jesús María Esquivel cuando refirió que su hijo le dio cuenta de altercados, en el pasado, con la población civil.
De acuerdo con lo que han señalado algunas familias, los uniformados no bajaban constantemente a sus lugares de residencia porque sentían miedo ya que la zona era peligrosa y no se sentían protegidos.
En el cierre de esta edición siguen los homenajes en memoria de los 7 Policías víctimas del atentado, cuyas muertes sus compañeros y familiares continúan lamentando. Se espera que hoy puedan ser entregados los cuerpos los cuales serán llevados por sus familias a sus lugares de origen.
