El primer número y editorial de Diario del Huila, dio de qué hablar en su época; y no era para menos. Nacía en la región la primera empresa periodística que hoy día perdura en la memoria de los huilenses.
DIARIO DEL HUILA, ESPECIAL ANIVERSARIO
Según un proverbio celta “el recuerdo no envejece” y, como decían los clásicos “lo que permanece en el recuerdo, nunca muere”. Esto quiere decir que “recordar es vivir”, aunque no se pueda vivir sólo del recuerdo.
Nuestra vida, está llena de recuerdos y momentos que se acumulan día tras día, momentos que, aunque parezcan inolvidables hay detalles que nuestra memoria no alcanza a retener y Diario del Huila, en sus páginas ha logrado capturar esos recuerdos y a través de sus archivos quienes han tenido la oportunidad de revisarlos se han podido transportar a sitios y situaciones que han marcado la historia de la región.
Evocamos en esta página, el primer número de DIARIO DEL HUILA y su primera editorial; un producto que el 8 de agosto de 1966 dio de que hablar en su época; y no era para menos. Nacía en la región la primera empresa periodística que hoy día perdura en la memoria de los huilenses.
El número 1
La edición número 1 del DIARIO DEL HUILA, circuló el 8 de agosto de 1966, en tamaño tabloide y 32 páginas. Tituló a cinco columnas la posesión del tercer presidente del sistema compartido del Frente Nacional, acto protocolario del Congreso de la República realizado el día anterior, con el siguiente rótulo: “LLERAS ASUMIÓ LA PRESIDENCIA PARA EL PERIODO DE 1.966-70”.
Sobre su machote orlado por los mapas de Colombia y el Huila, con un recuadro señalando el nombre de los fundadores y el Jefe de Redacción; registró también, la visita que siete días antes había realizado al departamento el presidente Guillermo León Valencia Muñoz. En dicha gira, el mandatario inauguró la torre repetidora de televisión ubicada en Cerro Neiva, equipo que permitió a los huilenses ver televisión a través del canal siete (posteriormente uno), pues en Bogotá solo emitían señal tres canales: uno local llamado Teletigre, el nacional y el oficial de Inravisión. Los tres abrían emisión a las 5:00 de la tarde y cerraban a las 11:0 de la noche.
A la vez resaltó la inauguración del Centro de Capacitación Laboral Claretiano, dirigido por el padre Luis Ignacio Andrade, ubicado en Cándido Leguízamo, donde hoy funciona el colegio de dicha comunidad religiosa. Amplió la información con una foto, en donde aparecían los doctores Felio Andrade Manrique, Máx Duque Gómez, Rómulo González Trujillo, el presidente Valencia y los ministros Tomás Castrillón y Riascos Labarcés.
En la diagramación de la página editorial incluyeron, una columna del ex alcalde de Neiva y director de la Revista El Bronce, Augusto Ángel Santacoloma, titulada “La Administración Valencia y el Doctor Ospina Pérez”.
Primera editorial
“En medio de grandes dificultades -casi invencibles- naturales en toda empresa periodística, y mucho más en un ambiente tan recortado y tímido como el nuestro, que por fortuna tiene que transformarse, como lo espera la nación y, sobre todo el departamento, aparece hoy a la luz pública el Diario del Huila.
Editado en talleres y edificio propios, con capital y fuerza huilenses, su éxito se confía a la benevolencia con que lo acoja la crítica terrígena.
El periódico- intención poco menos que romántica- será una tribuna libre del pensamiento nacional pero especialmente del departamento, de los municipios y de sus gentes. Su altura moral y los principios filosóficos, religiosos, políticos y sociales que lo inspiran le aseguran una travesía de rectitud y serenidad invulnerables e inmodificables, así de procelosas sean las horas de su vida.
Lo entregamos con amor, entusiasmo y desinterés a la consideración de nuestros compatriotas en la esperanza en que sabrán recibirlo como parte de su patrimonio moral y espiritual y cuya dilapidación sería romper un grave compromiso con el esfuerzo común que debemos hacer en una de las horas más venturosas para nuestro desarrollo económico y social.
No en vano lleva el nombre de Diario del Huila que compromete el espíritu de colaboración y dinamismo de estas apartadas comarcas y constituye un reto a la solidaridad departamental, no por sus fundadores, sino por quienes hayan de seguir esta tarea de cultura y grandeza del departamento”.