Las autoridades ambientales han denunciado un acto de arboricidio en Neiva. El incidente insólito tuvo lugar en el microcentro de la ciudad, donde dos árboles Oiti, casa de cientos de loros carisucios fueron inyectados con glifosato, un producto destinado a matar la vegetación. La denuncia ya fue radicada ante la Fiscalía General de la Nación.
Diario del Huila, Neiva
En un impactante y preocupante acto de destrucción del entorno natural, dos emblemáticos árboles Oiti ubicados en el corazón de la ciudad de Neiva, frente a la Alcaldía, han sido envenenados por individuos sin escrúpulos, según denunciaron las autoridades ambientales locales.
Estos árboles, han sido víctimas de un ataque deliberado, en el que se inyectó glifosato a través de taladros perforados en múltiples puntos de su tronco. Este siniestro procedimiento no solo ha debilitado a los árboles, sino que también ha expulsado a las aves que solían anidar en ellos, afectando la biodiversidad urbana de la ciudad.
La Policía ambiental y la Fiscalía han iniciado una investigación exhaustiva para identificar a los responsables de este acto de vandalismo ambiental. Las autoridades presumen que el motivo detrás de este ataque puede estar relacionado con la incomodidad causada por el excremento de las aves, lo que habría llevado a los perpetradores a tomar medidas drásticas.
El secretario de Medio Ambiente de Neiva, Hernando Duarte Rodríguez, expresó su consternación ante el incidente y anunció que se ha iniciado un proceso de desintoxicación de los árboles. Se están aplicando soluciones de glucosa, antiácido y biofertilizantes en un esfuerzo por salvar estos majestuosos árboles que están en peligro inminente de muerte.
«Esperamos que podamos salvarlos a través de este proceso de desintoxicación con biofertilizantes, a pesar de la cantidad significativa de veneno que se les suministró, lo cual ha marchitado rápidamente varias ramas. Claramente, este acto malicioso fue llevado a cabo por individuos con conocimiento sobre el daño que estaban causando», afirmó Hernando Duarte.
La ciudadanía y diversas organizaciones ecologistas han condenado enérgicamente este atentado ambiental, exigiendo justicia y sanciones para los responsables de este daño al medio ambiente. Se espera que la denuncia formal presentada ante la Fiscalía General de la Nación permita avanzar en la investigación y se pueda llevar a los culpables ante la justicia.
Este acto de envenenamiento de árboles ha generado repudio y ha despertado la solidaridad de la comunidad opita, que se une en la defensa de la naturaleza y la preservación de su entorno urbano.
Denuncia ante Fiscalía
De acuerdo con el secretario de Medio Ambiente de Neiva, es lamentable e inaceptable que en pleno centro de nuestra ciudad seamos testigos de un atroz crimen ecológico. Unos individuos irresponsables y mezquinos, motivados por la incomodidad de limpiar el excremento de los loros carisucios que frecuentan estos árboles, optaron por envenenarlos.
“Lo hicieron perforando los troncos y las ramas para inyectarles glifosato, un agente letal, con la intención de que murieran rápidamente. Posteriormente, buscaban obtener licencia de la Secretaría de Medio Ambiente y la CAM para su eliminación total.
Actualmente, se lleva a cabo una investigación en colaboración con la Fiscalía General de la Nación y la Policía Nacional. Afortunadamente, existen cámaras en la zona, y se ha solicitado acceso a los videos para identificar a los responsables y que reciban las sanciones correspondientes. No se trata de un delito menor, sino de un crimen ambiental de gran magnitud.
La denuncia ha sido presentada ante la Fiscalía General para que se inicie una investigación criminal. Estamos trabajando estrechamente con la policía y la CAM para recopilar la mayor cantidad de pruebas posible y dar seguimiento a esta pesquisa.
Estos árboles están localizados en un lugar emblemático, la Carrera Quinta con Calle Décima, en el epicentro administrativo y financiero de la ciudad de Neiva.
Es fundamental hacer un llamado a la preservación de nuestro entorno y del medio ambiente, recordando la importancia de cuidar y proteger la naturaleza que nos rodea.
Rechazo de la comunidad
Ana María Sánchez, estudiante Universitaria: «Es indignante ver cómo algunos individuos son capaces de atentar contra la naturaleza de esta manera. Estos árboles eran parte de nuestra identidad urbana y hogar para aves preciosas. Necesitamos tomar medidas para proteger nuestro entorno y castigar a quienes cometen estos actos atroces».
Luis Gómez, comerciante Local: «Los árboles son parte de la esencia de nuestra ciudad. Es lamentable que se hayan convertido en blanco de acciones tan dañinas. Estos actos irresponsables y egoístas deben ser condenados y los responsables deben ser llevados ante la justicia. Necesitamos cuidar lo que nos rodea».
María Rodríguez, estudiante universitaria: «Esta acción representa una falta de conciencia y respeto por la vida natural. Los árboles no solo brindan oxígeno, sino que también son hogar para la biodiversidad urbana. Es urgente reforzar la educación ambiental y hacer valer leyes más estrictas para proteger nuestro entorno».
Javier Torres, comerciante: «La destrucción de estos árboles va en contra de todo lo que intentamos enseñar sobre la importancia de la naturaleza. Es desolador presenciar cómo la avaricia y la ignorancia causan un daño irreparable a nuestro ecosistema urbano. Necesitamos un cambio cultural y sanciones ejemplares».
Rosa Jiménez, Madre y vecina del sector: «Mis hijos solían maravillarse con los loros que anidaban en esos árboles. Esta acción egoísta les ha arrebatado la oportunidad de aprender y apreciar la naturaleza en su entorno. Es un llamado a la reflexión sobre nuestras acciones y la responsabilidad que tenemos con el planeta para las generaciones futuras».
Andrés López, trabajador independiente: «Estos actos reflejan la falta de conexión y aprecio por la naturaleza que algunos individuos tienen. El vandalismo ambiental no solo afecta a la flora y fauna, sino que impacta directamente en la calidad de vida de todos nosotros. Debemos unirnos para proteger y preservar nuestro entorno.