En 2017, la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI) prendió las alertas por la presencia de varios agentes rusos en Colombia, por lo que iniciaron las investigaciones para establecer cuál era su interés en el país.
Según el informe de la DNI, que conoció Caracol Radio, a finales de noviembre de ese año, se identificó al diplomático ruso Aleksandr Paristov, expulsado del país el 8 de diciembre y quien habría realizando actividades de espionaje.
“Quedó en evidencia por las actividades que venía realizando, características típicas de agentes de inteligencia. Con colaboración de organismos de inteligencia extranjeros, se logró determinar que esta persona era un agente del Servicio de Inteligencia Extranjera (SVR), principal aparato de la inteligencia rusa en el extranjero”, dice el informe de la DNI.
La inteligencia colombiana asegura que el SVR se enfoca en recolectar inteligencia y desarrollar operaciones de influencia política, económica, científica y de diversas aéreas de interés para el Kremlin.
Según estableció la DNI, el ciudadano ruso contaba con una red de colaboradores colombianos que podían acceder a información sensible de las principales empresas públicas y privadas del sector energético del país.
Por otro lado, el DNI identificó a Aleksandr Nikolayevich Belousov, quien hacía parte del Servicio de Inteligencia Militar de Rusia (GRU), considerada como la agencia más agresiva en el desarrollo de operaciones de espionaje y ciberataques.
“Esta persona también realizaba actividades no compatibles a su labor como diplomático ante el Estado Colombiano”, concluyó el DNI.
La inteligencia colombiana además determinó que para el 2019, se presentó un relevo del agente de la SVR y su reemplazo pasó a liderar la red de colaboradores construida desde el 2017.
“Esto permitió establecer que no se trataba de una simple actividad individual o esporádica de un diplomático ruso, si no por el contrario, un plan de trabajo organizado y estructurado por esa agencia de inteligencia”, dice el informe de la DNI.
Este nuevo agente del SVR habría buscado incluso ampliar la red de colaboradores en Colombia y los sectores objetivos de espionaje, relacionados con la industria eléctrica y el sector energético del país.
La DNI está por establecer quiénes integraban esa red de colaboración que apoyaban a los agentes del SVR y del GRU, quienes «prometían y proporcionaban beneficios económicos por la información suministrada».
