Los huilenses iniciamos un año nuevo con mucho optimismo a pesar del accionar gubernamental del gobierno nacional, que ha llenado de incertidumbre a la economía colombiana, producto de las reformas económicas y sociales que se han venido impulsando. Pero frente a las festividades de fin de año, se volvió a presentar la tragedia de las personas quemadas, que, en solo en diciembre, ascendieron a 31 frente al mismo periodo de 2021 que fueron 33. A nivel nacional, se presentaron 1.090 casos de personas lesionadas con pólvora, con una leve disminución de 53 casos ocurridos en 2021.
Aunque el balance de personas quemadas en el país presentó una leve disminución frente a la temporada navideña y de fin de año del 2022, son preocupantes los casos ocurridos en algunas regiones del país. Los casos de lesionados por pólvora pirotécnica e intoxicación por consumo de fósforo blanco no se detienen en el Huila. Así lo informó la Secretaría de Salud Departamental A pesar de los controles que ejercieron las autoridades, imperó la indisciplina social que ocasionaron personas lesionadas con ésta. Nada justifica que aun faltando los desenlaces de otras celebraciones regionales y la de Reyes Magos se contabilicen más de mil víctimas de este tipo ni que, de paso, ya se hayan superado los datos de los reportes de años anteriores.
Pero otro lunar que se presentó durante el 2022, fueron los accidentes de tránsito. El común denominador en el 2022 fueron los accidentes de tránsito. Desde la Policía de Carreteras del Huila se confirmó que fueron 300 personas las que perdieron la vida en las vías del Huila. Para este nuevo año la intensión de la Policía de Carreteras es reducir los índices en este sentido. El mayor Fabio Mateus, comandante de la seccional Huila sostuvo que es necesario ajustar la idoneidad de las personas a la hora de conducir, pues es la principal razón por la cual se han presentado la gran cantidad de accidentes.
Igualmente, la economía colombiana, como muchas en el mundo, deberán enfrentar la disparada de la inflación, en especial la de los alimentos, que golpea a los más pobres. Los altos precios de los productos básicos amenazan el poder adquisitivo de los hogares con menores ingresos y les impiden beneficiarse en medio de una incertidumbre económica. La pregunta es si Colombia seguirá siendo la misma, una nación atrincherada en bandos y banderas, cada vez más convencidos de sus diferencias que de sus aspiraciones comunes, o si podremos ponernos de acuerdo en lo esencial de una vez por todas y echar a andar los vientos de cambio. Esperamos que, durante el presente año, sirva para renovar nuestras energías para empezar con pie derecho el año que iniciamos el pasado primero de enero.
