Al cierre de julio el Banco de la República registró unas pérdidas de $1,3 billones, una cifra que contrasta con las ganancias que por $799.030 millones obtenía un año atrás. No obstante, el resultado del séptimo mes de este año es $1 billón menor al que en abril registraba el banco central, cuando el saldo negativo llegaba hasta los $2,3 billones.
Aunque dentro de las funciones del Banco de la República no está la de generar utilidades propiamente dicha, pero es diciente que, en el marco de una desvalorización en los portafolios de papeles, producto de las alzas en las tasas de interés a nivel mundial y local se esté presentando una disminución de las pérdidas. De acuerdo con las cifras que reportó el Emisor, en julio de este año los ingresos llegaron a $2,45 billones, mientras que un año atrás el monto de ese indicador fue de $1,75 billones, lo que muestra un incremento del 40% entre los dos periodos.
Ahora bien, los egresos registrados por el banco central colombiano alcanzaron los $3,77 billones, una fuerte diferencia con lo registrado un año atrás, cuando estos fueron de $957.436 millones, lo que muestra que el crecimiento hasta el tercer mes del 2021 frente al mismo mes del 2022 del 294%. El patrimonio del banco central colombiano, de acuerdo con las cifras que presentó el Emisor con corte a julio, fue de $114,49 billones, frente a $108,35 billones, lo que representa un aumento de 5,5%.
Es importante precisar que al cierre de 2021 el Banco de la República cerró con una utilidad de $632.000 millones, un resultado menor frente al 2020, cuando las ganancias ascendieron a $7,48 billones. Con base en el marco legal del Banco de la República, el remanente de las utilidades, cuando las obtiene, una vez descontada la inversión neta en bienes para la actividad cultural y apropiadas las reservas estatutarias, será de la Nación.
Analistas indican que las reservas internacionales, que son la fuente de ingresos más importantes del Banco, generaron pérdidas por cuenta de la subida en las tasas de interés alrededor del mundo, pues eso hace que se desvaloricen las inversiones seguras y líquidas que tiene el emisor con sus reservas internacionales. Además, hay que señalar que aparte de controlar la inflación como mecanismo de protección del poder adquisitivo del país y los ciudadanos, el Emisor también tiene dentro de sus funciones la de administrar las reservas internacionales de Colombia, así como mantener la estabilidad cambiaria.
Finalmente, lo anterior, aparte de otro tipo de funciones financieras técnicas y operativas, la producción de monedas y billetes, así como su labor de promoción de la cultura, entre otras. Con las bajas de las tasas de interés, fenómeno que se dio en 2020 como medida contracíclica por el efecto que la pandemia ocasionó a la economía mundial, los precios de los títulos subieron, por lo que se dio una fuerte valorización del activo y por eso se generó una gran utilidad, totalmente atípica o más bien de tipo coyuntural.