Carlos Yepes A.
El país esta a la expectativa y con la urgente necesidad de un proceso de reactivación económica, el gobierno prepara una paquete de proyectos de ley con tal fin. En el Huila, la riqueza en biodiversidad y recursos naturales nos ofrece una oportunidad única para implementar un modelo basado en el desarrollo económico sostenible. El biocomercio y la economía verde deberían ser impulsados como pilares fundamentales para aprovechar de manera responsable este tesoro natural, con un enfoque especial en la riqueza hídrica y la producción limpia de productos agrícolas.
Recordemos que el biocomercio se refiere a la producción, transformación y comercialización de bienes y servicios derivados de la biodiversidad nativa, bajo criterios de sostenibilidad ambiental, social y económica. En el Huila, un territorio bendecido con una gran variedad de ecosistemas, esta estrategia se podría convertir en una solución innovadora para promover el desarrollo económico sin comprometer los recursos naturales, en especial el agua y el aire los cuales se afectarían con nuevos procesos de reindustrialización.
El biocomercio en el Huila puede incluir productos como aceites esenciales, cosméticos naturales, alimentos orgánicos y plantas medicinales y aromáticas. La región tiene el potencial de convertirse en un líder en estos mercados, aprovechando su biodiversidad y posicionándose como un modelo de desarrollo sostenible. Nuestra enorme riqueza hídrica, con ríos como el Magdalena y sus múltiples afluentes, es fundamental para el desarrollo del biocomercio y la economía verde. El agua no solo es vital para la vida, sino que también es un recurso clave para la agricultura sostenible, la producción de energía limpia y el ecoturismo.
Promover el uso eficiente y sostenible de los recursos hídricos es esencial. La implementación de sistemas de riego tecnificados, como el distrito de riego Hobo – Campoalegre – Neiva, contemplado en el Plan Nacional de Desarrollo y la conservación de cuencas hidrográficas no solo mejorarían ostensiblemente nuestra productividad agrícola, sino que también garantizan la sostenibilidad de los ecosistemas acuáticos.
El cultivo de plantas aromáticas, como la menta, la albahaca y el romero, representa una oportunidad significativa para los agricultores del Huila. Estos productos tienen una alta demanda en los mercados nacionales e internacionales, tanto en la industria alimentaria como en la cosmética y la farmacéutica.
Para esto es necesario que la secretaría de Agricultura del departamento inicie un programa piloto para el apoyo a los agricultores en la transición hacia prácticas de cultivos orgánicos y sostenibles, lo que seguramente puede incrementar la calidad y el valor de estos productos. Además, el fortalecimiento de las cooperativas y asociaciones de productores puede facilitar el acceso a mercados y mejorar las condiciones de comercialización. Aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece el biocomercio y la economía verde, se hace con el apoyo de políticas públicas que incluyan incentivos fiscales para las empresas sostenibles, programas de capacitación para los agricultores y la inversión en infraestructura verde.
Estamos convencidos de que el Huila tiene el potencial para liderar a nivel país el campo del biocomercio y la economía verde, aprovechando su rica biodiversidad y recursos naturales. La promoción de estas estrategias no solo contribuirá al desarrollo económico del departamento, sino que también garantizará la conservación de sus valiosos ecosistemas para las futuras generaciones. Es hora de que Neiva y el Huila se posicionen como referentes en desarrollo sostenible, demostrando que el crecimiento económico y la conservación ambiental pueden ir de la mano. Esto también hace parte de “un acuerdo para vivir mejor”
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