Por: Jose Eustacio Rivera
La ambición por el poder saca lo peor del ser humano. Vemos como acaban con la dignidad de personas y familias, para alcanzar a como de lugar el poder. En este caso y donde haremos énfasis, el poder político mas que el social. Lo peor de todo esto es que la ciudadanía desde las redes sociales ven a diario todo tipo de narrativas mentirosas, donde los candidatos lo tienen como estrategia electoral y de comunicación, los creadores y administradores de estas redes se quedan cruzados de brazos como si el problema no fuera de ellos.
Hay un descontrol total no solo de los creadores de estas aplicaciones de multitudes de cibernautas, que son corrosivos y dañinos, existe un descontrol total. Y lo peor aun es que la justicia no imparte sanciones frente a la divulgación de noticias falsas.
Esta contienda política ha estado cargada de desinformaciones. En las dos ultimas campañas para la alcaldía de Neiva, ha sido blanco de bajas y sucias estrategias malévolas en donde la familia, la dignidad y la moral de los candidatos han sido frente del debate. En el panorama nacional vemos hace pocos días la senadora electa Isabel Zuleta aceptando como estrategia el “quemar” a Fajardo desde los entes de control y que iban por otro candidato. A Petro otros sectores lo tildan de asesino, a Peñalosa paradójicamente el mejor alcalde que ha tenido Bogotá, lo estigmatizaron que su familia era dueña de Transmilenio, a Federico Gutiérrez que lo apoya la “oficina de Envigado” y a Rodolfo Hernández que sus hijos son quienes negociaron los contratos en su alcaldía.
Vemos un silencio permisivo de las autoridades, las instituciones y los órganos de justicia. Existen congresistas y equipos de campaña que contratan “trolls” para atacar a los contrincantes, y esto se empieza a aceptar dentro de las campañas como si fuera algo normal. Ninguna autoridad lo cuestiona, la ciudadanía no lo rechaza y el gobierno toma silencio sustancial.
Hoy vemos con tristeza, que ganará el candidato que mejor utilice las “fake news”, el que mejor utilice sus bodegas y sus perfiles falsos en contra de la dignidad de las personas y no quien tenga las mejores propuestas para el país. Hay un aire de cambio y nuevos liderazgos, pero bajo una cortina negra manchada de calumnias e injurias.
Nuestros políticos se acostumbraron a mentir, de todos los colores políticos, gustos y sabores. Crean unos un mundo de ficciones que movilizan miles de seguidores a sus postulados, como si fueran verdades. Ojalá los medios tuvieran el interés de poner una lupa minuciosa a las divulgaciones de los lideres políticos, como lo ha venido haciendo la silla vacía, para identificar este tipo de expresiones electorales por parte de los candiadatos, para no tragar entero. ¿quién es el encargado de frenar esta lluvia de falsedades y ataques? ¿el gobierno? ¿las plataformas? ¿los usuarios? Es bochornoso.