Sinónimo de torpe y repugnante. Hoy no podemos dejar de referirnos a un asunto de talla mayor, no solo, por lo que pretendía proteger, sino por la absurda concepción legislativa y presidencial, como también, por los mensajes catastróficos, lapidarios y sin ningún rigor profesional socio-jurídico.
Sea lo primero decir que los colombianos atendieron la idea de Duque de endurecer la política penal y hacer aprobar una ley que permitirá la “cadena perpetua”, para violadores de niños y adolescentes. Todo parecía loable y justo, pero desconoció el presidente duque, quien además es abogado de la Universidad Sergio Arboleda y no tiene excusas a este nivel, que una modificación de esta importancia, solo procedía a través de una consulta directa al pueblo con un referendo y no con sus abyectos senadores y representantes a la cámara, quienes entre otros, muchos son abogados, y creemos que no faltaron a clases por lo menos de introducción del derecho y constitucional I y II, donde se explica al pichón de abogado, que la Constitución no se reforma, al menos en nuestro sistema democrático a pupitrasos en el congreso, y además, que existe una Corte Constitucional que examina la legalidad y su deber ser es proteger esa carta política en consonancia con los derechos fundamentales e inalienables de los colombianos -de todos-.
Ahora escuchar y leer los twist de los senadores y representantes, en particular del Huila, decir que “es lamentable que la corte se haya opuesto a ese clamor; que es una corte de tendencia de izquierda o esmeradamente confesional; que se burlan de los niños y deben prevalecer su derechos y se premia a los violadores, eso, es más desagradable y perjudicial que la misma decisión, pues la mayoría son abogados y tal vez creyeron que la Corte les pasarían esa -jugadita-, o tal vez sabían que este esperpento al final no pasaría su examen de constitucionalidad y habrían mostrado a su electorado su cumplimiento electoral y fácil, la culpa era de esos magistrados.
Todo es populismo punitivo con esa ley, pues de entrada desconocía iguales derechos a mujeres y hombres adultos que a diario también son violados y asesinados producto de acciones sexuales, también desconocía extensa jurisprudencia de la misma corte generada en más de 30 años de existencia, donde se proscribe la pena de muerte y la cadena perpetua sin importar el delito, ni el delincuente.
No se dejen engañar más, todo era un circo planeado y determinado en el tiempo, para seguir enjuiciando a los que hacen su trabajo, no estoy desconociendo que a estos violadores y asesinos hay que castigarlos, es más, no creo en su resocialización ni recuperación psicológica, pero es que no era necesario ese desgaste, en Colombia la pena mayor es de 60 años de prisión, es decir un buen delincuente empieza sus aberraciones a los 14 años, serían muy próximos a una cadena perpetua, lo que habría sido más fácil y por vía legislativa, era aumentar las penas o mejor, hacerlas cumplir de manera ejemplar sin beneficios.
En fin, ese es el estado democrático que debemos cuidar, donde la figura de los pesos y contrapesos se respete, donde no sean tomados esos cargos de control y dirección por un partido político de gobierno, por eso es necesario la accesibilidad al poder de nuevos liderazgos y que sean proclives a defender al ser humano, su dignidad y su entorno.