Sin tener en cuenta el descontento social que tanto desorden causó por el mal manejo que el Gobierno le dio al paro, son muchos los síntomas de la mala situación en que estamos como País y como sociedad:
Un Presidente que posa de ambientalista en las visitas a otros países, mientras Colombia tiene el nefasto primer lugar en asesinato de líderes ambientales; se están realizando ejercicios de fraking y la deforestación indiscriminada crece en la Amazonía y la Orinoquía en cientos de miles de hectáreas al año. Presidente que posa de modesto en el gasto público, mientras viaja a Europa con la comitiva más grande jamás vista de familiares amigos y vecinos que aprovechan el avión presidencial para hacer turismo mientras miles de colombianos comen una sola vez al día.
Un Presidente que levanta la voz para exigir que reconozcan los esfuerzos que hace su gobierno por la Paz, mientras recorta el presupuesto e incumple todos los acuerdos. Un presidente que posa de respetar la ley, y decide firmar la ley de garantías desconociendo el fallo de un juez de la república.
Un Congreso que cada cuatro años se compromete a luchar contra la corrupción, pero no apoya una moción de censura a una ministra que embolató setenta mil millones de pesos; y que aprueba por amplísima mayoría derogar un “articulito” de la ley de garantías en época de elecciones, tema clave de la corrupción y compra de votos.
Un congreso que cada cuatro años pide el voto ciudadano para defendernos y trabajar por un mejor país, pero se sale de la sala cuando discuten un proyecto que beneficia a nuestros campesinos, o que no aprueba la posibilidad de que los ciudadanos cambien de sistema pensional.
¿El resultado? Pues un País con 21 millones de colombianos en pobreza y 7,4 millones en pobreza extrema, indicadores que se dispararon en este cuatrienio según cifras del DANE. Eso sin contar que, para esta entidad, una persona en Colombia es pobre solamente si subsiste con menos de $360.000 pesos mes, es decir un tercio del salario mínimo, por lo que en mi opinión la cosa esta aún más crítica de lo que el gobierno pretende presentar.
Un país en el que murieron 26 niños en los primeros nueve meses del año por desnutrición, y de acuerdo con el DANE, antes de marzo del 2020, (cuando inicio la cuarentena), el 11,9 % de los colombianos consumían menos de tres comidas al día, cifra que se disparó a septiembre de 2021, al 30 %, Es decir, se triplicó.
Así las cosas, ¿Es hora de cambiar? de cambiar de modelo económico, de cambiar a los políticos que mal, muy mal nos representan, de cambiar a esos congresistas que se han anquilosado en sus despachos y actúan a espaldas del pueblo, yo creo no solamente que es posible, sino que es una obligación de todos los colombianos. Es hora de empezar a construir un país donde niños y niñas tengan futuro, los jóvenes oportunidades, las mujeres y los campesinos alguien que realmente los defienda y respete, es hora que CAMBIEMOS.
