Carlos Yepes A.
Desde hace dos años he venido vinculado al sector agropecuario. Estamos enfocados en un proyecto de producción de silo a partir de sorgo forrajero con la visión de poder producir una opción lo suficientemente adecuada para alimentar el hato ganadero del Huila. Seguros de poder incluso impulsar por subregiones un banco de alimento para el departamento y para la región, un silo marca Huila que nos permita atender la demanda de alimentación sobre todo en los meses de verano e incluso venderle al hato ganadero cundiboyacense.
Esto me ha permitido tener la gran oportunidad de relacionarme con la gente que trabaja en el campo llámense jornaleros, paleros, abonadores, campesinos o pequeños productores y ganaderos. Debo decir que me han sorprendido, he aprendido mucho de ellos y hoy entiendo mucho mejor lo que implica su rol a nivel regional que siempre ha sido de primer orden para garantizar la seguridad alimentaria no solo en el Huila sino a nivel nacional y mundial. Recordemos que a nivel global se habla de la necesidad de una producción de alimentos mayor en un 60% a la actual para el 2050, debido a la creciente población que tendrá el planeta y que cada día demadará más y mejor alimentación. Por esto el rol del campesino en la economía global debe ser tema de primer orden en la agenda de gobierno en todos los niveles.
Una mirada al sector campesino en el Huila nos refleja que siguen enfrentando una diversa problemática de tipo estructural. Muy a pesar de los años y de los cuantiosos recursos recibidos por concepto de regalías persisten en el departamento temas fundamentales de desarrollo regional como los son las vías, el riego, la satisfacción de sus necesidades básicas en vivienda, educación y salud; siguen enfrentando una gran diversidad de retos y de barreras económicas, tecnológicas y estructurales que no les permiten competir en mercados más allá de los locales.
Es acá donde el rol de los actores institucionales de orden gubernamental, de investigación, de fomento y de todos los demás que participan en la cadena de valor, deben unir sus esfuerzos para propiciarle al campesinado huilense condiciones necesarias para poder tener acceso a insumos de calidad y a precios razonables, a trasferencia de tecnología y acompañamiento técnico, a paquetes financieros especializados en el fomento de la inversión en el campo, a infraestructura para la producción y la comercialización y garantizarles el acceso a los servicios básicos de salud y educación de manera digna; de esta manera es la que se contribuye al buen desarrollo sostenible del sector.
El Huila tiene un gran potencial agropecuario, la coyuntura actual del mundo donde la producción de alimentos se presenta como una gran oportunidad de desarrollo para dinamizar la economía de la región, debe hacer parte de la propuesta de cualquier gobierno. El Huila debe convertir este momento histórico en su gran punto de inflexión hacia el avance de nuevos caminos, para que nuestros campesinos se puedan integrar de manera eficiente al proceso de desarrollo económico y social de la región.
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