Reflejo de lo que vive nuestra patria es lo que se vive en Campoalegre, Huila. Municipio conocido en el país por su producción arrocera, epicentro de la reforma agraria, lugar donde el libertador de los esclavos José Hilario López, fue enterrado y desde Potosí ejercido como presidente de la república.
Pos sismo, Pos reforma Agraria, Pos tratados de libre comercio, Pos acuerdos de paz, Pos avalancha del rio Frio, Pos pandemia, hoy Campoalegre soporta las dificultades, herencia de las circunstancias que como en Colombia y en cada una de las regiones, la historia y los acontecimientos naturales y antrópicos se han vivido. Sin embargo, allí se sigue produciendo con toda y las dificultades que viven los arroceros el mejor grano del país.
La diversificación económica en Campoalegre ha crecido y ha permitido que en la zona de ladera hoy también se cultive a gran escala un excelente café, se mantengan ganaderías de buena genética, que el cacao que se produce en Campoalegre también hace parte de los que han conquistado a Europa, a Campoalegre hay que reconocerle que en lo que le corresponde al embalse de Betania; que además no lo registran, que no hace parte de las estadísticas de producción, allí se genera una muy buena parte de la tilapia que se exporta a la Florida, también en casa de máquinas, tierras campoalegrunas se genera energía para el país.
Hoy con timidez, incertidumbre por la inseguridad en que se vive, con menguados recursos del sector público, con un comercio golpeado, crisis arrocera y los efectos de la pandemia, la capital arrocera del Huila, busca celebrar un año más de su fundación, lejos de poder celebrar el Festival del arroz, donde propios y extraños se juntaban de manera sin igual, donde el regreso de quienes se habían ido a buscar éxito, o quienes volvían con la ilusión de regresar de nuevo a su terruño, visitar su familia o tal vez arrancar de nuevo la aventura de hacer empresa, sembrar arroz y esperanza en su propia tierra.
Canciones como el Festival del arroz y Ensueños obra e inspiración del maestro Luis Eduardo Gutiérrez, poesía hecha canción e igual que temas como Llano Grande, letra y música que describen la montuosidad de nuestra tierra, tradiciones, templanza, idiosincrasia, cultura y alegría, se escuchan con nostalgia en los actos que de forma virtual, hoy con esfuerzo, un alto costo social, económico y cultural buscan en medio de la pandemia no dejar pasar una fecha especial como fue su fundación, la recordación, el arrojo de todo un pueblo y una raza que conquisto el país con su producción arrocera y significo también la conquista de otras tierras en la pedagogía de la producción del grano.
Gracias a Dios por permitirme crecer en Campoalegre, de ser hijo suyo, de saber que hemos podido hacer parte de una sociedad que en medio de las dificultades hemos tenido la templanza de salir adelante, de afrontar cada día nuevos retos y desde luego poder disfrutar del amanecer en La Vega, de poder desde el Roble, las Pavas, Chía y San Isidro contemplar el tapete multicolor del Llano grande, así como el calor humano de la gente, que como las alfareras y tejedoras de pindo que se niegan a desaparecer y que vibran al son de la sinfónica de Ancizar , Henrry, Gallina (QEPD), así como de tantos otros presentes y de aquellos que ya partieron seguros de ha portado, para que Campoalegre sea alegre, lleno de gente trabajadora, respetuosa, de fe, emprendedora y cordial. A nuestra juventud hoy un llamado, tienen ustedes un compromiso muy grande. Sin duda vendrá tiempos mejores.
