Por: Danilo Arboleda
El origen y significado de «¡Banzai!», nos remonta al grito de los japoneses durante sus temibles cargas en batalla en el marco de la campaña pacífico en la Segunda Guerra Mundial, aunque la palabra como tal goza de varios significados, su traducción literal quiere decir diez mil años.
En realidad, es la síntesis de una expresión que, en cierto contexto, daba nombre a una acción desesperada que se llevaba a cabo cuando todo parecía perdido: la carga Banzai. Consistía en oleadas humanas demenciales, caracterizadas por violencia de acción y maniobras sorpresivas, con rifles semiautomáticos, bayonetas y espadas en contra de tropas estadounidenses, para la cual los soldados norteamericanos no estaban preparados.
No es casualidad que cada que se convoca una manifestación en contra del gobierno nacional, de inmediato se emplaza un edicto digital en redes, en esta ocasión por parte de FECODE para contrarrestar, minimizar y desviar la atención del propósito y sentir de millones de colombianos; que no escogimos este modelo actual de gobierno y que claramente quiere coaccionar la institucionalidad y las expresiones populares en su contra.
El secreto a voces y la inconformidad de los maestros es la financiación indebida de varios millones de pesos a la campaña de Petro presidente, por parte de la federación Colombiana de educadores, sin embargo, ellos asisten a las convocatorias por miedo a perder su puesto en el escalafón educativo.
¿Cuál es el interés del gobierno nacional de ejercer presión indebida a la Corte Suprema de Justicia para que elija fiscal general de la Nación? En su desesperada carga arremete contra el pueblo, contra los medios de comunicación y fractura el último escalón de esperanza que tenemos los colombianos, arengando al “pueblo” en redes sociales en contra del rango más alto de la justicia encarnado en la Corte Suprema.
Vimos ataques aleves de “manifestantes” vulnerando la seguridad de las instalaciones del alto tribunal, cuyo fin era violar nuevamente como en 1985 el palacio de justicia, pero esta vez empleando tácticas y estrategias diferentes; acá evidenciamos que el conflicto va mutando al paso que las circunstancias obligan, el presidente lo sabe y es ajedrecista en el tema.
Hay movimientos sospechosos en el gambito de la elección del fiscal general, se propone la terna siete meses antes del término del periodo del actual fiscal, ¿será casualidad o causalidad que preciso esa semana capturan a Nico Petro por los delitos que ya conocemos?
Lo que sí es evidente es que al presidente no le conviene que haya interinidad, que no sea una de sus tres ternadas actuales la elegida y mucho menos que se vea obligado a cambiar su terna. ¡Palabra de Espartano!